“Quiero expresar mi más profunda gratitud a todas las personas que me han apoyado durante todo este proceso. En lo primero que he pensado tras la noticia de la sentencia ha sido en mis hijos David, Caroline y Floriant, pero también en mis nietos. Porque ellos son el futuro, y porque también por ellos lideré esta lucha”
Expectantes palabras de la víctima de su marido y otros 46 acusados, Gisèle Pelicot, a quien durante diez años la estuvieron drogando sin su consentimiento para violarla mientras estaba totalmente inconsciente. La francesa, por fin, cierra este doloroso y largo proceso judicial por el que a su exmarido ha sido condenado a la pena máxima, 20 años de prisión, por haber agredido sexualmente a la fuera su mujer entre 2011 y 2020.
Se dirige a todas las víctimas de la violencia machista
“No me olvido tampoco de las familias a las que toda esta tragedia les afecta también directamente, pero también a las otras muchas mujeres que como yo, son víctimas, y que desgraciadamente muchas veces no salen de las sombras. Sé que compartimos la misma pelea”, continúa en su primer encuentro tras la reciente lectura de la sentencia condenatoria en el Tribunal Penal de Aviñón, Francia, por la que el resto de detenidos han sido tambien acusados de violación.
Por otro lado, la septuagenaria -visiblemente emocionada por el veredicto a su favor- ha hecho un llamamiento público para “que la sociedad pueda retomar el debate que aquí se ha abordado. Jamás me arrepentí de esto. Ahora tengo la confianza puesta en nuestra capacidad para comprender colectivamente un futuro en el que todos, mujeres y hombres, podamos vivir en armonía en el respeto y la comprensión mutuo”.
No se arrepiente de 'abrir' el juicio a todos los franceses y francesas
Sus palabras de paz y concordia llegan tras un largo proceso judicial que se inició el dos de septiembre. Muchos meses de sesiones en los que, desde el inicio, Giséle solicitó a la Justicia Francesa que el juicio se produjera ‘a puertas abiertas’, con un loable objetivo: para que la vergüenza cambie de bando. Algo de lo que no se arrepiente, según ha explicado también este jueves.
Más de 400 años de cárcel suman en total todos los condenados del grave caso de sumisión química y violaciones sexuales durante prácticamente diez años a la exmujer de Dominique Pelicot, sentencia escasa para la mayoría de los presentes durante la comparecencia de Giséle. “Vergüenza de Justicia” ha sido el grito más escuchado en cuanto se ha hecho público el veredicto.
La reacción del principal condenado, Dominique Pelicot
En el otro lado de una sentencia por la que la víctima, Gisèle Pelicot, ha mostrado su "respeto", está su ex marido como mayor condenado por la aberrante historia. Aunque él no se ha dirigido a los medios de comunicación presentes en la sede judicial de Aviñón, sí que lo ha hecho su abogada.
Béatrice Zavarro ha dicho que "no podemos criticar una decisión de la Justicia, lo único que podemos hacer es apelar y nos vamos a tomar los diez días que tenemos por delante para determinar si queremos volver a un juicio con un jurado popular", por considerar injusto que la resolución judicial convierta a su cliente en “el director de orquesta” y al resto de sentenciados en “músicos secundarios”.
Una retorcida historia de un marido contra su propia mujer
Decenas de hombres la violaron durante años después de que su propio esposo, Dominique Pelicot, le administrara grandes cantidades de fármacos para dormir. Hubo de todo: bomberos, periodistas, militares o incluso jubilados.
Pero todo por fin comenzó a descubrirse a partir de 2020, a raíz de un hecho independiente y de menor gravedad: Dominique fue detenido por grabar por debajo de las faldas de mujeres en un supermercado. La policía entonces, ‘tiró de la manta’ y descubrió grabaciones o fotografías que mostraban una realidad todavía mucho más turbia. Las violaciones sexuales contra su mujer por aquel entonces, Gisele.
Evidencias estas importantísimas durante el juicio, pues han sido fundamentales para que, finalmente, se hayan producido las contundentes condenas. Gracias a ellas se identificaron a una buena aparte de los violadores y cómplices de su exmarido, con los que actuaba en connivencia para que la agredieran sexualmente en su propia cama tras la sumisión química a la que este siempre la sometía antes de los deleznables actos.
'Cualquier acto de penetración sexual de cualquier tipo o cualquier acto buco-genital cometido contra otra persona' mediante 'violencia, obligación, amenaza o sorpresa' es lo que reza el Código Penal francés, por lo que este caso se ha juzgado como ‘violación por sorpresa’, al estar la víctima continuamente drogada.