El mundo clamaba justicia para Gisèle Pelicot (72 años). Este jueves, 19 de diciembre, era la fecha marcada en el calendario judicial de un caso que ha dado la vuelta al mundo al juzgarse a 51 hombres que violaron a la mujer durante años después de ser drogada y mientras grababan las agresiones sexuales. Entre ellos, está su marido Dominique. La Fiscalía pedía para ellos un total de 650 años de prisión en la suma de las penas condenatorias de los acusados, siendo la máxima, de 20 años, para el apodado como monstruo de Avignon, -su esposo-.
El juicio ha viajado mucho más allá de Francia, porque estamos hablando de algo extremadamente atroz y de una víctima que ha dejado grandes lecciones a lo largo de las duras sesiones en la sala, donde una frase suya se ha convertido en un lema absoluto: "Que la vergüenza cambie de bando". Los ya condenados no cumplen, por así decirlo, con un perfil de prejuicios y han sido catalogados como "tipos normales", así como el marido de Gisèle como "un buen padre", con lo que queda demostrado ante la opinión pública en todo el mundo que no hay ninguna etiqueta asociada a ese papel de "monstruo".
Dominique Pelicot (73) ha sido declarado culpable de drogar a Gisèle para perpetrar las violaciones por decenas de hombres durante años, además de ese delito de violación agravada, por los que ha sido condenado a la pena máxima solicitada por el Ministerio Fiscal: 20 años. El magistrado Roger Arata ha presidido el tribunal en la sesión final del juicio, que ha contado con un refuerzo policial importante alrededor del box en el que han esperado para conocer la sentencia.
Un juicio que hará historia por Gisèle Pelicot
Las 9:30 de la mañana era la hora prevista para dictar sentencia en Aviñón en uno de los juicios de la década, ante el caso de agresión sexual más atroz del siglo. La víctima fue violada por decenas de hombres durante años, después de ser drogada mientras dormía y era grabada. Su marido orquestaba esas violaciones en el dormitorio de su casa en Mazan, en el sur de Francia. Un minuto más tarde, a las 9:31, Gisèle ya estaba en la sala Voltaire, en el juzgado de Avignon y le acompañaban sus hijos: Florian, David y Caroline.
El juicio no solo hará historia por unos delitos indescriptible utilizando términos comunes, sino por la fortaleza de una mujer que se ha sentado frente a los 51 acusados, incluido su exesposo, quienes han ido desfilando ante ella en las 15 semanas de sesiones, y ha dejado una frase que queda marcada ya para los Annales: "La vergüenza no es para nosotros, es para ellos". Si Dominique era "un buen padre" y los otros 50 hombres eran personas que hacían una vida aparentemente normal, ha quedado demostrado que la barbarie no es cuestión de perfiles concretos.
La sentencia en Avignon que ha dado la vuelta al mundo
Dominique Pèlicot ha sido declarado culpable del delito de violación agravada en la vista para la sentencia de un juicio que ha estremecido a Europa y ha dado la vuelta al mundo por la atrocidad de los delitos que se juzgaban en Francia. Finalmente, el tribunal presidido por Roger Arata y otros cuatro magistrados, le han condenado a la pena máxima: 20 años. Alrededor de las 9:45 de la mañana de este jueves, 19 de diciembre, el principal acusado llegaba al box individual y los otros 50 hombres que participaron con 'el monstruo de Avignon' en las violaciones bajo sumisión química a Gisèle Pelicot al que han compartido, con un refuerzo policial importante de 20 agentes.
Laure Chabaud, fiscal del caso, adelantaba ya hace días que este caso marcará "un antes y un después". Desde su Ministerio se solicitaba un total de 650 años de prisión para el conjunto de los acusados y un máximo de 20 para el exmarido de la víctima, que durante semanas ha sentido el apoyo de numerosos colectivos feministas a las puertas del juzgado, un acompañamiento que en la cita definitiva se ha hecho más masivo todavía, con numerosas personas queriendo agolparse a las puertas del Palacio de Justicia, pero las autoridades también han previsto esta situación cortando la calle del lugar para evitar posibles altercados.
Las edades y las clases sociales de los procesados son muy distintas, ya que tienen entre 27 y 74 años. Al menos, 20 de ellos han sido declarados culpables por el tribunal después de 15 semanas de un juicio que, desde la defensa y por la propia víctima, se pidió que fuera público para que "la vergüenza cambie de bando". Su lucha no termina aquí, ya que ahora también es importante que Francia siga los pasos de países como España y coloque también el consentimiento en el terreno legislativo para juzgar los delitos por agresión sexual.
*Noticia en elaboración*