La causa abierta contra Íñigo Errejón (41 años) avanza en el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid. Su denunciante ya ha entregado su teléfono móvil tras la solicitud del juez para proceder al análisis de sus conversaciones, pero el exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados sigue negándose a dejar el suyo para el volcado.
Elisa Mouliaá (36) ha ido más allá esta semana. No quiere que se pueda poner en duda su versión y ha cedido el piso comprado con los ingresos que ha obtenido en televisión estos meses a una Organización No Gubernamental especializada en la ayuda a mujeres maltratadas.
Con ese importante gesto ha conseguido frenar una oleada de críticas tras conceder una entrevista en el programa '¡De viernes!' solo un día después de ratificar su denuncia por presunta agresión sexual ante el magistrado instructor, el pasado 16 de enero.
Estos dos nuevos giros en la causa abierta contra el expolítico se suma a las rotundas conclusiones de los informes psicológicos y psiquiátricos encargados por la acusación particular y las declaraciones del padre y el hermano de la actriz, que comparecían ante Adolfo Carretero el 7 de marzo como testigos.
Los dos últimos giros del caso Errejón: el teléfono móvil y el piso cedido por Elisa Mouliaá
Elisa Mouliaá ha cumplido. El jueves entregada su teléfono móvil en el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid para que puedan proceder al volcado de las conversaciones que habría tenido con Íñigo Errejón tras el supuesto episodio de agresión sexual por el que le denunció el 25 de octubre de 2024.
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El expolítico, por su parte, se niega a dejar su dispositivo en sede judicial para que la Unidad Central de Investigaciones Tecnológicas pueda proceder al análisis de los mensajes, autentificar los pantallazos y tratar de comprobar si se dio o no algún borrado a lo largo de estos años que pudiera eliminar parte del contexto.
La defensa del que fuera uno de los fundadores de Podemos propone una alternativa a esa entrega y consiste en chequear esos chats de forma presencial. Considera que puede quedar vulnerado su derecho a la intimidad, pero en el auto judicial se dejaba meridianamente claro que "única y exclusivamente" se indagaría en las conversaciones mantenidas entre ellos dos, al tratarse de una prueba "muy importante".
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El otro giro reciente también se producía este 13 de marzo, cuando la actriz confirmaba en la notaría la cesión de un piso valorado en 470.000 euros a una ONG que ayuda a mujeres víctimas de violencia machista. De esta forma, justifica la donación de las ganancias que ha tenido contando su historia en televisión.
"Yo ya tenía dinero y no he hecho esto por dinero, ni mucho menos. Ya tenía mis negocios, mi vida tranquila y solucionada. Yo no tengo absolutamente ningún beneficio de esta operación. Se ha comprado una casa y se va a destinar exclusivamente a la acogida de mujeres, que a la vez van a trabajar en esa casa. Voy a dar acogida y trabajo", declaraba tajante Mouliaá tras su aplaudido gesto.
Los giros intermedios del caso Errejón: los informes psicológicos y psiquiátricos
La defensa de Íñigo Errejón quería que se presentara la evaluación global de la denunciante, pero el juez no accedió a esa petición. Adolfo Carretero era consciente de que se podía vulnerar el derecho a la intimidad de la actriz, su exmarido y la hija de ambos y aceptó que los informes psiquiátricos y psicológicos se llevaran a cabo con un análisis a posteriori y de las consecuencias de la presunta agresión sexual.
Lo cierto es que las conclusiones son tajantes y el doctor José Cabrera consideraba que se dio "una situación de abuso" y "un verdadero atentado contra su intimidad". Establecía, además, que se podía observar la "coherencia" en el relato de Elisa Mouliaá, lo que daba credibilidad a su testimonio ante el juez.
En la misma línea, el psicólogo José Capote explicaba en exclusiva a la revista Lecturas que hay seis momentos en los que se pueden ver "muestras" de que no se habría dado un consentimiento. "Son seis veces en un tiempo de entre seis y ocho horas que Elisa le dice que no. Son dos personas jóvenes, sexualmente activas y hubieran quedado al día siguiente, pero nunca quedaron", resumía el especialista para este medio.
La declaración del padre y el hermano de Elisa Mouliaá
El 7 de marzo se producía otro importante giro y es que la acusación particular capitaneada por Alfredo Arrién presentaba parte de sus testificales. Comparecían ante el juez en Plaza de Castilla el padre y el hermano de Elisa Mouliaá, a quienes la denunciante contó lo que presuntamente había ocurrido con Íñigo Errejón.
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El primero de ellos declaró que percibió que su hija "estaba bebida" y también aseguró que, si hubiera sabido lo que supuestamente ocurrió, habría sido él mismo quien la hubiera llevado esa misma noche a denunciar en la comisaría. De esta forma, se sitúa en la línea de lo ratificado por la actriz el 16 de enero.
Su hermano sí conocía más detalles de la noche de autos, ya que Elisa tiene mucha confianza con él y coincidía, además, con su padre, en el hecho de que ella tendría una importante resaca a la mañana siguiente.