Giro en la historia de Lyle y Erik Menendez: dos pruebas pueden cambiar el futuro de los hermanos

Dos nuevas pruebas pueden cambiar el futuro de dos hermanos a los que, ahora, incluso Kim Kardashian les apoya públicamente

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Lyle y Erik
Netflix

Dispararon sin piedad contra sus padres mientras estaban desprevenidos viendo la tele durante una calurosa tarde de agosto de 1989. José y Kitty Menéndez murieron tiroteados por sus hijos Lyle y Erik, de 21 y 18 años. Fue el gran suceso de la época en Estados Unidos -todo ocurrió en la majestuosa mansión de sus padres en Beverly Hills, Los Ángeles- porque, cuatro años después de la sangría, dio comienzo el primero de dos juicios que dividiría al país de muchos estados en dos y acabaría con una sentencia rotunda: la cadena perpetua para ambos sin posibilidad de libertad condicional.

La gran controversia del caso, que dio paso a un segundo juicio porque el primero terminaría como nulo tras las votaciones del jurado popular, era y sigue siendo muy sencilla: quienes consideran que los hermanos tenían ‘razones’ para llegar a tal extremo y los que creían que se movieron por codicia, para heredar antes de tiempo los millones de sus padres. Aunque el magistrado apostó con su sentencia claramente por esta segunda alternativa, lo cierto es que durante los procesos judiciales ambos dejaron claro que planificaron el crimen por estar sobrepasados con todo lo que les había tocado vivir desde bien pequeños: explicaron que su padre, José Menendez, abusaba sexualmente de ellos mientras su madre ignoraba los deleznables hechos.

Nuevas pruebas 30 años después

Desde entonces, un suceso icónico de la crónica negra de Estados Unidos en el recuerdo perpetuo de muchos, pero 30 años después el futuro de ambos -actualmente en la misma prisión- podría dar un vuelco inesperado: George Gascón, fiscal general de Los Ángeles, ha comunicado oficialmente que buscará un nuevo dictamen del caso por nuevas pruebas clave aportadas recientemente.

José Menéndez, el padre de Erik y Lyle, fue un poderoso empresario de origen cubano en la industria discográfica de los 70 y 80 . Con tan solo 16 años tuvo que emigrar con su familia a Estados Unidos junto a su padre, un reconocido jugador de fútbol, y su madre nadadora profesional. Al menos así se relata en el libro que estudia el caso del periodista especializado en sucesos Robert Rand, 'The Menendez Murders: The Shocking Untold Story of the Menendez Family and the Killings that Stunned the Nation' (Los asesinatos Menéndez: la impresionante historia no contada de la familia Menéndez y los crímenes que sorprendieron a una nación).

Este fue el pasado de José y Kitty Menéndez

Según el acreditado relato de este informador que en los 90 siguió muy de cerca el traumático suceso, a José -Javier Bardem interpreta su papel en la exitosa serie de Netflix ‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik- nadie le regaló nada. Empezó desde muy abajo en el grupo empresarial Hertz, donde con el paso de los pocos años consiguió un puesto de ejecutivo, y de ahí paso fácilmente a un mismo puesto de dirección en la discográfica RCA, empresa discográfica del conglomerado. Por su lado, Kitty Menéndez -su nombre de pila era Mary Louise Andersen- fue modelo e incluso galardonada como reina de la belleza en su juventud, pero que asumió un segundo plano como ama de casa tras casarse con el presunto pedófilo.

Solo un año después, aproximadamente, se produciría la primera confesión de los hermanos. Sería Lyle, quien en la intimidad de su sesión con su psicóloga le confeso el crimen parricida. Tras su detención, Erik se entregaría a la policía pocos días después. La acusación estaba clara: asesinato en primer grado.

Un primer juicio nulo primero también en emitirse en directo

Este caso fue tan mediático y sigue teniendo tanto ‘tirón’, principalmente en Estados Unidos, porque, entre otros importantes ingredientes, fue el primer proceso judicial de la historia que se televisó en el país americano. Como sus respectivos jurados populares se vieron incapaces de determinar el futuro de los hermanos, su segundo juicio en 1995 les envió de por vida a la cárcel.

Tres décadas después, el fiscal que ha dado un paso al frente para reabrir el caso ha reconocido que, además de las aplastantes y recientes pruebas de esos abusos sexuales y psicológicos, también se ha sentido presionado por la nueva ficción de Netflix que relata el suceso basándose de manera bastante rigurosa en la realidad de ese momento. Y es que además de la serie, la plataforma roja también ha incluido en su catálogo el documental ‘Los hermanos Menéndez’.

Kim Kardashian también se ha pronunciado

Un nuevo fervor popular al que se han unido incluso grandes ‘celebrities’ de Estados Unidos. La última en mostrarse públicamente a favor de Lyle y Erik ha sido la famosísima Kim Kardashian. Recientemente ha publicado en ‘NBC News’ una columna en la que explica taxativamente que “no son monstruos”, argumentando de esta manera: “El caso de Erik y Lyle se convirtió en entretenimiento para la nación. Y su sufrimiento y sus historias de abuso fueron ridiculizadas en sketches de Saturday Night Live (...) Los asesinatos no son excusables. Quiero dejarlo claro. Pero no debemos negar quiénes son hoy. El juicio y el castigo que recibieron estos hermanos fueron más propios de un asesino en serie que de dos individuos que soportaron años de abuso sexual por parte de las mismas personas que amaban y en las que confiaban. No creo que pasar toda su vida natural encarcelados fuera el castigo adecuado para este caso complejo”.