Giro en el caso Rafa Mir: las dos frases concretas del relato que complican la investigación

Las declaraciones de las partes están muy distanciadas y el futbolista trata de imponer el acta policial sobre la versión aportada a la Guardia Civil

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 8 de septiembre de 2024, 10:02

Instagram @rafamir33
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El caso Rafa Mir se puede convertir en un dolor de cabeza para los investigadores. Las declaraciones de las denunciantes del futbolista y su amigo Pablo Jara y las suyas propias están enfrentadas con versiones completamente divergentes en un sumario que echa humo. Según lo que podíamos saber antes del fin de semana, el delantero cartaginense quiere poner junto a su defensa el acta de la Policía Local por encima de lo destacado por la Guardia Civil en el informe aportado a la Policía Judicial. Por otro lado, está la herida en el labio de una de las jóvenes, que figura en el parte de lesiones y que el propio Mir reconocía haber visto.

Habría dos frases concretas que complicarían la investigación a un lado y otro de la historia, porque el abogado del jugador del Sevilla F., cedido al Valencia F.C., sigue tirando de la cuerda con el atestado inicial mientras las presuntas víctimas mantienen su testimonio después de ese primer relato que, por otro lado, podría no influir al tratarse de manifestaciones que podían verse afectadas por el momento de la supuesta agresión. Mientras tanto, en el club valenciano se enfrentan al debate interno sobre lo que hacer con Rafa, ya que tienen que respetar la presunción de inocencia y, por otro lado, se enfrentan al juicio popular.

Dos frases complican el 'Caso Rafa Mir' después de una semana de investigación

Hace exactamente una semana, una joven de 21 años presentaba una denuncia contra el futbolista Rafa Mir y aseguraba haber sufrido una doble agresión sexual, mientras una amiga suya, de 21, hacía lo propio contra un amigo del primero de los investigados: Pablo Jara. Cuando, en la madrugada del martes, saltaba la noticia, empezaban a conocerse detalles de los relatos que habían hecho las denunciantes y los acusados por presunta agresión, lo que empezaba a poner sobre la mesa un escenario complejo para los investigadores. "Las declaraciones no tienen nada que ver", apuntaba Joaquín Prat en el programa 'Vamos a ver', y eso que todavía no conocíamos la petición del abogado del murciano, que sacaba a relucir el atestado inicial, sobre la primera declaración que habrían hecho las jóvenes cuando la Policía Local de Bétera acudió al domicilio donde se dieron los hechos investigados, que han dado lugar a dos historias totalmente enfrentadas.

En ese primer testimonio que hace la chica a los agentes de la localidad valenciana habría confirmado que las relaciones fueron consentidas, tal y como sostiene la defensa del jugador cedido al Valencia: "De forma consentida se ha marchado a un baño de la vivienda, donde han intimado y (Rafa Mir) le ha introducido varios dedos en la vagina". Según Jaime Campaner, abogado del murciano, esto demostraría que su cliente no cometió ningún delito en su chalé, pero tal como recuerda 'Levante-EMV', "en casos de agresión sexual la carga probatoria recae en el relato de la víctima" y esta puede no sentirse cómoda en el primer momento, todavía en shock si se han producido esos hecho, para contar lo sucedido. Pero esa no es una de las frases concretas que dificultan las pesquisas policiales, ya que en ese primer informe, se recoge que la joven habría dicho "que parara, haciéndole caso y han salido otra vez a la piscina".

Si bien esa declaración que la Guardia Civil ha añadido como anexo a lo dispuesto a la Policía Judicial es la baza de la defensa, las presuntas víctimas añaden en su exposición que las habrían echado de la casa, ubicada en la urbanización Torre Conill del municipio valenciano, momento en el que se habría producido una agresión física denunciada por la joven de 25 años, que acusa a Pablo Jara, amigo de Rafa, de realizarle "tocamientos y propinarle un puñetazo". Aquí podríamos hablar de la segunda frase que, en este caso, pondría en duda lo dicho por los investigados y es que Mir reconoce que se percató de la lesión: "vi la sangre, era un arañazo nada más".

Los momentos previos a la presunta agresión y el problema del Valencia con Rafa Mir

Otra de las claves para esclarecer los hechos es saber qué ocurrió en los momentos anteriores al traslado al chalé de Rafa Mir, cuando estaban en una discoteca y se dirigieron a la casa en dos taxis diferentes, tal como apuntaba el abogado del segundo de los investigados. Los dos taxistas, el padre de una de las jóvenes que habría ido a recoger a su hija y el tercer amigo que estaba en el lugar donde ocurrió todo y habría abierto la puerta a los agentes de la Policía Local de Bétera podrían aportar luz al relato previo, sobre todo por contrastar la divergencia en las declaraciones de los acusados y las presuntas víctimas. En cuanto a la lesión de la joven de 25 años, se descartaría que la defensa del delantero murciano fuera a apuntar a una tercera chica en una discusión en esa fiesta, ya que ni Rafa ni Pablo han hecho alusión a esa secuencia en sus testimonios.

En el Valencia tienen, por otro lado, un importante entuerto. El jugador está en el club cedido por el Sevilla, donde tiene contrato hasta 2026, pero ahora depende de la decisión que tomen en el 'equipo che', que por el momento ha tomado aire dando dos días más de descanso, quizás para valorar qué camino eligen. Rafa Mir es todavía presunto en los delitos que se le puedan imputar hasta que se demuestre lo contrario y tiene sus derechos, pero también habría que evaluar si hay alguna cláusula específica que apunte a escándalos como justificación para un potencial despido que, por otro lado, pudieran exigir los aficionados, explican desde el diario 'El Mundo'.

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