"Mujeres cismáticas, generosas, rebeldes y emprendedoras", así describe Francisco Canals, su jefe de prensa, a las clarisas de Belorado. En las últimas semanas, las monjas han vuelto al foco mediático tras protagonizar algunas de las escenas más inusuales. En Arriondas (Asturias), han inaugurado el primer "restaurante de clausura" de España. De hecho, ya han celebrado allí la primera misa dentro una pequeña capilla. Lecturas ha seguido de cerca todos sus movimientos desde que decidieron separase de la Iglesia Católica hace casi un año. Aun así, pocos conocen qué hay detrás de cada una de ellas, cuál es su historia y su procedencia. Francisco Canals, ha dado a conocer esta información.
No todas las clarisas tienen una tradición religiosa familiar
Está claro que las monjas de Belorado, ahora residentes en Asturias, son inquietas. Desde que se separaron de la Iglesia Católica no han dejado de protagonizar nuevos episodios en su mediática trama. Tal y como ha desvelado su jefe de prensa, Francisco Canals, este espíritu audaz forma parte de su identidad ya que, antes de ordenarse monjas, tenían una vida totalmente distinta. En uno de sus últimos vídeos de YouTube, Canals ha dado a conocer la "idiosincrasia de cada una de las monjas en la comunidad de Belorado" y asegura que es un tema que "debería conocer la opinión pública".
'Código 10' I Mediaset
"Estamos hablando de 13 monjas que se han convertido en algo muy importante, en un tema muy cadente de la actualidad y podríamos decir que hay dos grupos", explica Francisco. Por un lado, se encuentra el grupo de monjas jóvenes que está formado por 8 de ellas y tienen entre 32 y 56 años. Junto a estas reside también el grupo de clarisas mayores que presenta entre 82 y 100 años. Para sorpresa de muchos, algunas de ellas no tienen una tradición religiosa familiar detrás ni han dedicado toda su vida al voto de clausura. "Algunas monjas tuvieron vocaciones muy precoces. Una de ellas ya sabía que quería ser monja de clausura con tan solo 7 años y luego hay monjas que tuvieron una vocación más tardía", explica Canals.
Este segundo caso es al que responde la mayoría. "Algunas de ellas incluso tuvieron una vida en la gran ciudad. No necesariamente todas venían de una traición religiosa familiar y muchas de ellas tenían incluso su formación", relata. Como bien señala Francisco, el trabajo que tenían varias de ellas antes de convertirse en monjas "llama mucho la atención". Alejadas del mundo espiritual, "hay una de las monjas que estudió la carrera de piano". Otra de ellas dedicó parte de su vida al magisterio musical, mientras que una hizo farmacia en la Universidad. Canals ha destacado también que otra de ellas "es medio científica" ya que tiene la carrea de matemáticas.
Otro dato sorprendente es que la más joven, Sor Israel de 32 años y madrileña, es la experta en ciberseguridad el convento. Más allá de estas profesiones peculiares que contrastan mucho con el mundo espiritual, hay una de ellas que sí tiene el Grado en Teología. "Hablamos de una formación pluridisciplinar que, de alguna manera, refleja que son monjas muy inquietas", argumenta Francisco Canals. El jefe de prensa ha querido dar a conocer este aspecto clave de las vidas de las monjas ya que algunas de ellas "han sido castigadas por querer trabajar tanto", defiende.
"Son monjas adaptadas al siglo XXI, a los nuevos tiempos, que siempre están inquietas", asegura. Además de los conocimientos que ya tienen muchas de ellas, ahora siguen aprendiendo sobre otros campos. "El tema de la formación es muy importante para ellas. Incluso, una vez en el convento, siempre se van apuntando a cursos de las federaciones u 'online' que ellas van encontrando. Siempre están pensando en aprender algo más", explica Canals. Otro de los aspectos que también ha querido dar a conocer el comunicador es la procedencia de cada una de ellas.
La mayoría de clarisas no nacieron en Burgos
No todas las monjas de Belorado son burgalesas. De hecho, solo tres de ellas son originarias de Burgos. El jefe de prensa de las clarisas asegura que su procedencia regional es "otro rasgo muy interesante". "Hay dos monjas madrileñas, pero luego hay una catalana. También hay una monja valenciana, sor Miriam, otra que es cordobesa y andaluza, una gallega, tres burgalesas, tres vascas y una navarra. Es como que vienen de diferentes zonas de España y todas ellas han aprendido a actuar como una unidad", explica.
Canals también ha querido dejar claro que las clarisas, como cualquier comunidad, "tienen su propia asociación porque estos conventos siempre han estado gestionados de manera propia". "Una monja no cobra de la declaración de la renta. Las monjas siempre se tienen que buscar sus propias habichuelas y tienen que estar facturando iniciativas", subraya. Además, ha recodado que "son monjas que están dadas de altas como autónomas en la Seguridad Social" y, por lo tanto, deben aportar ciertos pagos cada mes. Este podría ser uno de los principales motivos por los que no dejan de emprender.