Ya es todo un éxito en nuestro país la nueva serie de Netflix Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, estrenada el 19 de septiembre y que continúa así con la gran aceptación entre sus suscriptores de su primera temporada Monstruos: La historia de Jeffrey Dahmer, el famoso asesino de homosexuales también en los Estados Unidos de finales de los 90.
La nueva serie, que se inspira en la mediática historia del doble asesinato premeditado de dos hermanos contra sus propios padres en Beverly Hills, Los Ángeles, interpretados en la plataforma roja por Chloë Sevigny y Javier Bardem, relata a la perfección un parricidio que todavía sigue muy latente en la sociedad americana y que ahora está sorprendiendo a los españoles por el gran dilema que planea desde entonces sobre la sangrienta historia: si fue merecida o no la condena a cadena perpetua a la que Erik y Lyle fueron condenados y que todavía a día de hoy siguen cumpliendo en las cárceles de Estados Unidos.
Sufrieron supuestos abusos por parte de su padre
Tenían entonces solo 18 y 21 años, y aunque tras acribillarlos a tiros desde fuera de la mansión de sus padres- los multimillonarios José y Kitty Menéndez- consiguieron desviar la mirada de los investigadores hacia mafias de la zona, en 1993 confesaron el horrendo crimen ‘con pelos y señales’ y, en su defensa, durante sus interrogatorios detallaron haber sufrido abusos sexuales entre otras situaciones tan desafortunadas como la tiranía de un padre muy exigente y la total indiferencia de una madre inestable.
Después de un primer juicio que terminó como nulo, por el veredicto de un tribunal popular, el segundo finalizó con la segunda pena más dura en Estados Unidos, después de la polémica condena a pena de muerte, sin posibilidad a futuro de solicitar el tercer grado. Sin embargo, más de 20 años después del suceso una nueva información podría dar un vuelco a tan truculenta historia.
Fue cantante de un famoso grupo musical infantil
Sería en 2023 cuando Roy Roselló, exmiembro del grupo musical Menudo, afirmó públicamente según publican en ‘La Vanguardia’ haber sufrido agresiones sexuales por parte del padre de estos, José Menéndez, cuando solo era un inocente adolescente. Un relevante dato que, de ser cierto, corroboraría las duras historias de los hermanos parricidas, que a día de hoy siguen entre rejas.
Por aquel entonces, el supuesto abusador sexual era un alto cargo directivo de la compañía discográfica RCA del grupo en el que Roselló era uno de sus infantes integrantes con tan solo 13 años. Roy, en silencio desde entonces, se armó de fuerza para presentar una declaración jurada de unos hechos que durante tanto años seguramente le hayan perturbado y supuesto un trauma de por vida.
El año pasado Roselló confesó por primera vez y oficialmente que sufrió la supuesta agresión sexual dentro de la mansión de José Menéndez ubicada en Nueva Jersey. Una supuesta violación que habría sido contemplada también por Edgardo Díaz, representante de Roselló. según sus palabras.
Le dieron "una copa de vino" y, poco después, no sintió "el control" sobre su cuerpo
Según ‘El Mundo’, en la declaración describe los detalles del inaceptable suceso. Explica que le dieron "una copa de vino" y que, poco después, ya no sentía “control" sobre su propio cuerpo. Alegó que el progenitor de Erik y Lyle le llevó a una habitación y lo violó. La nueva prueba, aunque muy tarde, fue rápidamente presentada en mayo de 2023 por el abogado de ambos para revocar sus condenas, evidencia que ahora mismo sigue siendo investigada por la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles.
De esta manera, un nueva víctima confirmaría las tristes historias de los hermanos que comparten prisión actualmente, en el centro penitenciario Richard J. Donovan de San Diego, California. Porque además de lo que alegaron en su defensa, hay una carta que complementa todavía más la posible veracidad de sus vivencias.
Otra nueva prueba; una carta escrita a mano
Gardner, el abogado defensor de ambos, que reciente también se ha hecho con este documento escrito a mano, también la ha presentado como prueba para revertir la ‘injusta’ sentencia. Escrita por Erik Menéndez a Andy Cano en diciembre de 1998, ocho meses antes de perpetrar el crimen a balazos, explica la pesadilla que tuvo que sufrir desde bien pequeño.
"He estado tratando de evitar a papá. Sigue sucediendo, Andy, pero ahora es peor para mí... Todas las noches me quedo despierto pensando que podría entrar... Tengo miedo. Está loco. Me ha advertido cientos de veces que no se lo cuente a nadie, especialmente a Lyle", en la que veladamente denuncia los presuntos abusos sexuales de su padre. Carta que no fue presentada durante los procesos judiciales entonces, aunque el primo sí que evidenció su contenido verbalmente durante su testimonio en el juicio: bajo juramento sentenció que, años antes del crimen, Erick le confesó que su padre le tocaba de manera inapropiada.