La Semana Santa es una de las festividades más esperadas en España, aunque no todo el mundo la vive igual ni por su connotación religiosa. A muchos les cuesta salir en Semana Santa, ya que las calles por las que transcurren las procesiones están abarrotadas de gente.
Además, viajar en estas fechas supone un buen desembolso económico para nuestros bolsillos, que no todo el mundo puede permitirse. En resumidas cuentas, es una fecha que las personas viven en dos realidades muy distintas.
El fervor de la Semana Santa
Son miles de personas quienes viven la Semana Santa como uno de los mejores momentos del año. Es el caso Juan Ignacio, conquense y bancero desde 2007, quien asegura que es "una forma de vida". "Es la tradición familiar y la cultura de la ciudad que se transmite de padres a hijos, de hermanos a hermanos, y de muchos a muchos. No se entiende la vida de la ciudad, y por supuesto yo no entiendo la mía, sin la Semana Santa", señala. Como bien cuenta Juan Ignacio, quienes la celebran aprovechan para disfrutarla junto a los suyos. "Todo es especial para mí. Llevar el banzo, estar con mi familia, ver a mi sobrino Mateo dando sus primeros pasos como nazareno, compartir momentos con mi gente. Son acciones muy cotidianas que, para mí, se antojan completamente especiales y que hacen que cada día sea único", cuenta. Juan Ignacio asegura que no se quiere perder ningún momento y acude a todos los preparativos de sus hermandades y desfila también en todas aquellas en las que tiene más participación.
Lo mismo le ocurre a David, quien toca la corneta desde hace 10 años en una banda de Albacete. "Para mí la Semana Santa son los mejores días del año porque estamos todo el año ensayando, pasando frío y currándonoslo muchísimo precisamente para estos días. Además, sale la imagen de mi cofradía a la que le tengo muchísima devoción y es una sensación increíble poder acompañar musicalmente a mi imagen y enseñar el trabajo de todo un año", señala.
Otra forma de entender estas fechas
También son muchas personas en España las que no van a disfrutar de una procesión o no acuden a una misa, aunque algunos sí que aprovechan esta festividad para tomarse unas vacaciones. Aun así, la mayoría deciden quedarse en casa para evitar aglomeraciones y agobios. Es el caso de Jerónimo, un joven de 26 años, quien además trabaja durante estas fechas. "No aprovecho la Semana Santa para hacer turismo ni coger vacaciones porque, concretamente, en estas fechas siempre me toca trabajar. Además, prefiero otra época del año en la que menos gente se vaya de vacaciones, por ejemplo, en octubre", señala.
Lydia, quien tampoco es creyente, está en una situación similar. "No suelo irme de viaje en estas fechas porque los precios suben con la excusa se la Semana Santa. Por regla general, me quedo en casa y si tengo que hacer el gasto, lo hago en días posteriores. Además, no soporto las aglomeraciones de las procesiones", señala. Lo cierto es que el aumento de los precios en Semana Santa es una realidad.
Viajar en estas fechas ya es un 13% más caro que el año pasado. Además, según la última evaluación de reservas de hoteles a través de 'Check24', las estancias de los destinos que más reservas reciben habitualmente se han encarecido también en un 20%. Mientras que una reserva de un hotel podía costar alrededor de 111 euros el año pasado ahora tiene un precio que ronda los 133 euros. De hecho, los precios de las reservas no solo han aumentado significativamente en España, también lo hacen fuera del territorio. Según 'el Periódico de España', los turistas que se hospedan en los hoteles de los 15 destinos más populares en el extranjero pagan un 12% más por habitación que en 2023.
Como alternativa, existen ciertos lugares recónditos en España que poco conocen donde no se celebran las tradicionales fiestas de Semana Santa y tampoco se incrementan los precios. Es el caso de los pueblos abandonados que se utilizan precisamente para hacer turismo en estas fechas. Estos más de 3.000 lugares garantizan jornadas de tranquilidad donde no llegan las procesiones ni se celebran misas. La mayoría de estos pueblos se ubican en León, Soria, Huesca y La Rioja Alta. Además, Lydia cuenta que en Madrid y Vigo, tampoco ha notado un "fervor exacerbado ante las celebraciones de Semana Santa", a pesar de que se celebren.
Otra opción para quienes huyen de la Semana Santa es la que muchos conocerán como "la procesión de los borrachos" de León. Esta celebración no es una procesión al uso y no tiene relación con la liturgia religiosa. Es una procesión profana que se celebra cada año la noche del Jueves al Viernes Santo. En ella se pasea a "Genarín" un viejo borracho y mujeriego que dejó cientos de anécdotas en los años 20 en León. Es una celebración para el disfrute de todos y todas lleno de diversión y sin tributo a la religión. En cualquier caso, estas fechas dan lugar a que cada uno las viva como más le plazca, porque las opciones son 'casi infinitas'.