La tortilla de patatas ha dado la vuelta al mundo desde España, de donde es originaria y es que pocas personas hay que la hayan probado y hayan puesto un suspenso, aunque aquí deberíamos poner un serio matiz. Es tal el furor por este plato de nuestra gastronomía, que aunque se catalogue como "sencillo", el desaprobado puede llegar hacia aquellas que no cumplan con una exquisita preparación o el cuidado con los ingredientes. Genera debate, controversias, competiciones, ya hay locales especializados únicamente en este manjar y hay una sensación que nos lleva a casa para probar la de nuestra familia, porque para cada uno la mejor es la nuestra.
La cebolla en la tortilla de patatas
Aunque nos guste y apasione la tortilla de patatas, hay un eterno debate, más antiguo, si cabe, que el de la pizza con o sin piña y es si preparamos este plato con cebolla o la dejamos fuera de la receta, porque aunque suele ganar la primera opción, no todo el mundo soporta el sabor de esta hortaliza y por eso la oferta se ampliado hasta el punto de que en la mesa de nuestra casa, en los bares y restaurantes y en los festejos suelen convivir las dos opciones para no dejar a nadie fuera.
Os cuento mi propia historia y es que mi madre es una de estas personas que tiene fobia a la cebolla, pero su generosidad ha estado siempre por encima de sus propios gustos y ha preparado dos tortillas durante muchos años. Hace ya algún tiempo, probó a cocinarla con pimiento rojo, jugando con su sabor y la proporción exacta para que no se note la ausencia del bulbo subterráneo, con un resultado exquisito al que yo no dudé en sumarme.
Yo ya no puedo vivir sin ella, se ha convertido en uno de sus platos estrella y cada vez somos más los que la probamos en casa, así que hemos encontrado una alternativa y también una tregua al conflicto o eterno debate alrededor de la cebolla y de su presencia en la receta tradicional de este medallón de oro en la cocina española más internacional.
Otros debates a lo largo de la historia de la tortilla
Este plato triunfa en tantos lugares de España y cada vez en más zonas del planeta que el tema de la cebolla no es el único que divide a los comensales, así que vamos a repasar otros debates que giran en torno a la tortilla de patatas, sin que esos enfrentamientos vayan más allá de una carta con múltiples posibilidades, porque lo importante es disfrutarla y que nadie tenga que renunciar a un manjar que ha dado la vuelta al mundo.
Algunas personas se rinden ante la que está muy cuajada, con más tiempo en la sartén y mucho más compacta, pero por otro lado están los que se quedan con la más viscosa o líquida, menos hecha y que puede deshacerse en el plato antes de que le demos el primer bocado, como la exitosa tortilla de Betanzos, en Galicia, considerada como la mejor de España. En este caso, siento tanto amor por este manjar que vuelvo a adaptarme a todas las opciones disponibles, porque no sabría elegir para quedarme solo con una.
En la evolución de la receta dentro de tantas cocinas en casas y restaurantes también ha aparecido la rellena de queso de cabra, cebolla caramelizada, setas, morcilla y otros tantos ingredientes más sumando fuerzas y multiplicando su sabor, aunque también hay quienes prefieren mantener intacta la de toda la vida, por esto de no perder las costumbres o la tradición gastronómica.
Medalla de oro también en desayunos, fiestas y supermercados
Recuerdo perfectamente la primera vez que probé el pincho de tortilla en la universidad, con un pedazo de pan y toda la proteína del huevo para afrontar con energía la jornada de clases y estudio. Desde entonces, se ha convertido en un ritual en muchas mañanas e intento probar el de todos los bares que puedo, porque cada vez son más los que iluminan la barra con este plato para incorporarlo a su oferta de desayunos o almuerzo a mediodía.
Es la estrella del picoteo también en los cumpleaños y no podemos dejar de pensar en ese corte en 'cuadraditos' y un palillo en cada uno de ellos para degustarla en compañía de los nuestros antes de hincarle el diente a la tarta y soplar las velas, así como se ha incorporado también en los cócteles de múltiples fiestas y eventos.
Somos tantos los adeptos a la tortilla de patatas que los supermercados no han dejado de trabajar para que podamos llevarnos en la cesta de la compra una ya preparada, cada vez más cuidada y que podamos disfrutarla con solo unos minutos de calor en el microondas, aunque esta ayuda también encuentra detractores. Para muchos no hay ninguna como la que se prepara en la sartén y directamente va al plato, pero lo que está claro es que nos gusta tanto que de una u otra manera, nos basta con el placer de poder degustarla más allá de los ingredientes, la procedencia y el tiempo de elaboración.