El paso de la peor DANA del siglo ha dejado al menos 217 fallecidos y ha devastado 69 pueblos de la Comunitat Valenciana. La tragedia llegaba a los municipios de Letur (Albacete), Mira (Cuenca) y Alhaurín de la Torre (Málaga), donde también hay víctimas mortales. Una semana después, continúan las labores de búsqueda y los daños materiales son incalculables, así como la recuperación de las localidades más castigadas, donde muchos vecinos se han sentido abandonados y han recibido el incondicional apoyo de numerosos voluntarios en una auténtica oleada de solidaridad.
En Lecturas hemos hablado con el psicólogo y especialista en duelo Dany Blázquez, que durante los primeros días ofreció su ayuda de forma altruista y ahora evalúa los efectos y secuelas, desde el punto de vista de la salud mental. Nos ha explicado cómo se desarrolla ese proceso emocional, dentro y fuera de las zonas afectadas, ya que estamos hablando de un desastre natural sin precedentes que ha dejado conmocionado a todo el país en un dolor con el que también han empatizado desde fuera de España.
El duelo tras la catástrofe ocasionada por la DANA
"El duelo es el proceso emocional natural que me permite integrar el significado de una pérdida en mi vida", comienza explicándonos el psicólogo Dany Blázquez, que también nos aclara que, aunque "es verdad que se habla siempre de "las fases del duelo", en realidad no hay unas fases establecidas y rígidas como tal, sino más bien procesamientos emocionales que pueden darse o no y que tampoco tienen una duración determinada". Algunos de ellos, continúa, pueden ser "el shock y la negación que se puede experimentar en los primeros momentos tras una catástrofe" como la ocasionada por la peor DANA del siglo, porque "no estamos preparados para asimilar tantísimo dolor y un ajuste de expectativas tan profundo y en tan poco tiempo, por lo que muchas veces nos disociamos emocionalmente en estos momentos y durante un tiempo somos incapaces de procesar lo que ha ocurrido realmente y esto nos es útil para poder ser funcionales y actuar en términos de supervivencia".
También se manifiestan "el dolor y la tristeza, que aparecen muchas veces mezcladas con la ira y la frustración", nos describe y asegura que estas emociones "nos permiten canalizar el dolor y dirigirlo hacia algún lugar tangible y que sea coherente con la narrativa que estoy empezado a construir sobre lo que me ha pasado". Por eso, prosigue el especialista en duelo, "estamos viendo ahora tantísima crispación, porque lo ocurrido parecía evitable y hay responsables con nombres y apellidos que no están gestionando adecuadamente la crisis". "Las personas necesitamos contextualizar nuestra propia experiencia para que tenga sentido, y a veces será a través de estas emociones tan desagradables", concluye el experto, que también incluye "la aceptación y la reconstrucción de nuestras vidas" como esas etapas que llegarán "más adelante", porque "con el tiempo, y con la ayuda necesaria, los afectados comenzarán a aceptar e integrar lo ocurrido y a encontrar formas de reconstruir sus vidas".
La empatía y la oleada de solidaridad tras la DANA: las "respuestas necesarias"
La cara más amable de esta tragedia la han ofrecido los numerosos voluntarios que se han volcado con las zonas más castigadas en una auténtica ola de solidaridad desde diversos puntos de España, algo que para Blázquez "son respuestas necesarias que los seres humanos necesitamos poner en marcha ante una tragedia de esta magnitud". "A nivel psicológico, la empatía nos permite a aquellos que no hemos sido directamente afectados conectar con el dolor y la desesperación de las víctimas, y esa conexión emocional estimula y promueve respuestas por nuestra parte de ayuda, de cooperación, de contribución a disminuir el dolor ajeno", explica. Para él "es muy importante reivindicar que esta solidaridad no sea algo efímero, sino que se mantenga en el tiempo, ya que la recuperación emocional y material de los damnificados va a ser un proceso largo" y "la ayuda no solo debe enfocarse en las necesidades inmediatas, sino también en el apoyo a largo plazo".
Por otro lado, subrayando el ambiente de crispación y de tensión que fue palpable el domingo durante la visita de las autoridades a Paiporta, apunta que "aunque la rabia y el enfado sean adaptativos, no podemos dejar que se canalicen de manera descontrolada". Esto "pone en peligro la integridad física, tanto de unos como de otros, y emocionalmente no parece un procesamiento saludable", evalúa el psicólogo, quien considera que "hay que ofrecer espacios seguros y controlados donde las personas puedan expresar sus emociones sin ser juzgadas y para ello es vital la asistencia psicológica especializada para estos casos".
Consejos para ayudar a los afectados por la DANA
Lógicamente, las personas queremos ayudar, dentro de las posibilidades de cada uno, a los afectados por los terribles efectos de las lluvias torrenciales y las inundaciones y Dany Blázquez tiene claro que, a veces, el hecho de "preguntar -qué necesitas-" es "suficiente". "No hay grandes secretos ni fórmulas mágicas para acompañar en este momento. Acompañar significa estar disponible y ayudar de forma práctica, sin sobreinformar, sin atosigar y sin invalidar", recomienda el psicólogo. Puede ocurrir que, en ocasiones, "tratando de ayudar al otro a disminuir el dolor acabamos invalidando sus
emociones y minimizando o trivializando su tragedia". En este sentido, es importante, nos dice, "evitar frases del tipo "todo va a ir bien", "podría haber sido peor", "al menos has sobrevivido" o "solo son pérdidas materiales"" y sería mucho más acertado apostar por otras fórmulas, como "no puedo imaginar por lo que estás pasando", "lo siento muchísimo", "es todo muy injusto y entiendo tu dolor", "estoy aquí para lo que necesites" o "qué puedo hacer por ti".
La escucha es otra de las prácticas sencillas con las que podemos hacer ese acompañamiento: "Dar espacio a la emoción y sostenerla con la sensibilidad precisa. Y, por supuesto, el afecto físico, cuando sea demandado y no intrusivo: una mirada cómplice, un abrazo, coger de las manos, ayudar a respirar a otra persona en un momento de activación". El shock se ha manifestado dentro y fuera de esas poblaciones tan castigadas, porque "tiene, prácticamente, el mismo sentido adaptativo que para los afectados directos", nos explica el experto. "Pensar que este tipo de eventos catastróficos solo ocurren lejos de nosotros es una forma de protección emocional que nos permite vivir sin miedo y sin esa sensación de inseguridad y de impredecibilidad que nos ha arrasado a todos", reflexiona mientras nos recuerda que "es normal encontrar este tipo de respuestas emocionales, incluso lejos de Valencia, porque estamos asistiendo a un duelo nacional en directo".
La importancia de hacerle un hueco al dolor cuando es necesario
El jueves 24 de octubre, Dany Blázquez presentó el libro 'Hazle un hueco al dolor', que en sus palabras se trata de "un texto que te permite entender cómo los cambios vitales y el ajuste de expectativas conforman, en sí mismos, un duelo". "La manera más saludable de transitar y elaborar el duelo", nos manifiesta, "es integrando la idea de que cualquier pérdida requiere de un procesamiento emocional ineludible, un camino que nos permite adaptarnos a la nueva realidad a través de la experimentación de las emociones". "El duelo no es un obstáculo a eliminar en el camino de la recuperación, es el camino en sí mismo, y este libro te permite recorrer este sendero de una forma amable, tierna y adaptativa", demuestra con esta publicación y valora que puede no ser "el momento adecuado para afrontar el duelo desde esta perspectiva", porque "ahora hay otras necesidades emocionales primarias que hay que atender tras la catástrofe". Llegará ese "desafío inevitable", nos adelanta, un reto que "emergerá y se va a manifestar cuando pasen las semanas y los meses".
"Diría que, a nivel emocional o psicológico, nunca se está del todo preparado para vivir algo así, pero sí que hay fórmulas para amortiguar el dolor o el malestar en caso de que suceda", nos asegura el psicólogo, que considera relevante también "entender lo sucedido como lo que es: un duelo nacional que parece tener responsables institucionales, y poder construir una narrativa coherente y que valide lo que siento y lo que vivo durante esta tragedia". "El duelo tiene que ver con el ajuste de expectativas que necesitamos hacer ante la pérdida, y este ajuste de expectativas es compartido por todo el país, porque nadie estaba preparado para asimilar una tragedia de esta magnitud", recalca en nuestra conversación.