El caso de Daniel Sancho no ha dado la vuelta al mundo, pero sí ha despertado mucho interés en España y en Colombia. Algunos titulares sí han viajado más allá de los países de procedencia del chef y el cirujano colombiano, al que el juez ha considerado que asesinó con premeditación el 2 de agosto de 2023. En Tailandia, donde ocurrió todo, parece que no son muchas las personas que conocen la historia, por lo que analizaba el periodista desplazado en el país Joaquín Campos y turistas españoles que han viajado allí en el último año.
Lo cierto es que en nuestro país ha habido una división de opiniones. Se ha acusado a algunos medios de comunicación, de hecho, de blanquear la imagen del hijo de Rodolfo Sancho y hasta se ha llegado a considerar a Daniel víctima de lo ocurrido, dado su relato de los hechos y la situación penitenciaria a la que se enfrenta a partir de ahora. Ha sido a la vez víctima y verdugo en uno de los procesos más mediáticos de los últimos años.
La imagen de Daniel Sancho: la víctima para algunas personas a lo largo del proceso
Más allá de las imágenes que ofrecía en agosto de 2023 el programa 'Y ahora Sonsoles' en exclusiva en las que se podía ver al entonces todavía sospechoso, denunciante y autor confeso escenificar lo ocurrido el día 2 de ese mismo mes en el bungaló número 5 de Bougain Villas, los titulares también se centraban en el futuro que le esperaba en Tailandia. Críticas a la policía tailandesa, la polémica figura de 'Big Joke' y una supuesta presión por parte de los agentes para que Daniel Sancho confesara el crimen llevaban a muchas personas a pedir clemencia. Se trata de un compatriota en un país en el que todavía se contempla la pena capital, con cárceles en las que los presos conviven hacinados y en el que tendría que cumplir condena lejos de sus padres, que veían como su hijo, con menos de 30 años, era enviado a la cárcel como presunto asesino y descuartizador a la espera de juicio.
"¿Por qué nos interesa tanto la salud de Daniel Sancho y no la de otros presos que han pasado por cárceles como las de Tailandia? Hay un elemento muy humano que es el hecho de decir que lo tenía todo en la vida y ha terminado así, que es lo inexplicable de este caso", se preguntaba y respondía a sí mismo el periodista Daniel Montero en la mesa de 'Vamos a ver'. Parecía increíble, y así se ha repetido el debate a lo largo de estos 13 meses, que hubiera más preocupación en muchas ocasiones por el condenado por asesinato que por la víctima del mismo. Joaquín Campos, por otro lado, analizaba en 'La mirada crítica' tras conocer la sentencia que "Daniel no era un delincuente, salvo alguna pelea como la condena por la agresión y ahora va a compartir cárcel con delincuentes. Él ha tenido una vida de felicidad y es la antítesis de lo que sería estar en Bang Kwan".
Ha habido una percepción por parte de algunos periodistas, -y así lo han recalcado en las tertulias abiertas tras la lectura del dictamen, de que se ha blanqueado la imagen del condenado. Es ahí donde se ha dibujado ese perfil de vulnerabilidad, sumado al relato que él ha hecho de los hechos, encerrado "en una jaula de oro" con Edwin Arrieta de la que quiso salir aquella noche, según su versión, la cual no ha quedado acreditada a opinión del tribunal que le ha juzgado y otros cinco jueces que estos días han revisado con lupa el veredicto dada la gravedad de la pena impuesta: cadena perpetua y una indemnización de alrededor de 105.000 euros para la familia del médico colombiano.
Daniel Sancho como verdugo y el resarcimiento del dolor de la familia Arrieta
La otra cara de la moneda. Quedaba demostrado para el fiscal del caso, Jeerawat Sawatdichai, para los abogados de la familia de la víctima y ahora también para el tribunal de Koh Samui que Daniel Sancho planificó, asesinó y descuartizó el cuerpo de Edwin Arrieta en la noche del 2 de agosto. “Tal vez el llanto de la familia Arrieta, en la que llevan llorando desde el 2 de agosto de 2023 sirva a Daniel para pedir perdón", resaltaba el penalista Juango Ospina en la rueda de prensa convocada tras el fallo judicial, en la que conectaban con Colombia para que Adriana Behaine, letrada colombiana de los padres y la hermana del cirujano, leyera el comunicado familiar: "La pérdida de Edwin ha traído mucho sufrimiento para una familia que no pudo despedirse de él. Nos obliga a tomar un tiempo prudencia sobre el contenido de la sentencia, dejándolo en manos de nuestros representantes".
Hemos visto a Darling completamente destrozada en varias entrevistas clamando justicia por la muerte de su hermano, al que no pudieron despedir hasta diciembre en el funeral que llevaron a cabo en su localidad natal, Lorica. "Ni siquiera tienen todo el cuerpo de su hijo", han destacado en varias ocasiones los representante legales, quienes han percibido poca empatía en el verdugo y en su entorno, a excepción de Silvia Bronchalo: “Tuvo un trato muy cortés, humano, como madre de Daniel sufría por el dolor que estaba produciendo su hijo. Si hubiera existido más humanidad y la hubieran escuchado más, puedo especular qué tal vez no hubiéramos llegado hasta aquí”. De hecho, Ospina repetía en esa comparecencia que ellos hubiesen tomado en consideración un perdón temprano a la hora de negociar una pena menor y mantiene su teléfono disponible, porque tanto ellos como la familia de Edwin ponen la "gratitud" por delante de la "venganza".