El juicio contra Cristina Rivas por el asesinato de su hija Yaiza en 2021 continúa su curso. La justicia juzga a la acusada por sedar con fármacos y asfixiar a la pequeña de tan solo 4 años. Mientras tanto, la llegada de la miniserie ‘El caso Asunta’ ha expuesto algunas similitudes entre ambos crímenes.
Dos crímenes similares
La muerte de Asunta, que tanta repercusión mediática ha provocado, no es un caso aislado en nuestro país. De hecho, existen algunas semejanzas entre este crimen y la muerte de la pequeña Yaiza de tan solo cuatro años. Su madre, Cristina Rivas, confesó haber asesinado a la niña en Sant Joan Despí (Barcelona) en 2021. La pequeña murió por asfixia después de haber sido drogada y sedada con medicamentos que lorazepam y diazepam que su madre le había suministrado. El juico está estudiando el estado de salud mental de Cristina cuando asesinó a la pequeña, ya que podía padecer alguna enfermedad que le impidiera actuar y pensar con normalidad. La defensa de Cristina insiste en la condición de enajenación mental transitoria que padecía cuando cometió el crimen. De hecho, el padre de la pequeña declaró en el juicio contra su expareja que la acusada era “manipuladora, retorcida, narcisista y egocéntrica”. En relación con el crimen de Asunta, Rosario Porto se encontraba en un caso similar, ya que padeció durante su vida varios episodios de depresión y, de hecho, se medicaba habitualmente por la condición de inestabilidad que sufría.
El asesinato de la pequeña Yaiza
Los padres de la pequeña Yaiza estaban separados y compartían la custodia de la niña. La última separación y ruptura de la pareja se produjo cuando la pequeña tenía apenas dos años. A partir de ahí, Cristina Rivas comenzó a llevar a cabo actitudes perniciosas contra su exmarido. La tragedia llegó de la mano el 31 de mayo de 2021. El padre de la pequeña Yaiza acudió a buscarla a la salida del colegio, pero no estaba allí. Fue entonces cuando llamó a Cristina Rivas, la madre de la niña, quien no dio respuesta alguna. Tal y como declaró en el juicio, pensó que quería “joderle” y por eso se habría llevado a la niña, aunque lo que sucedió fue mucho peor. Ante la falta de respuestas, el padre acudió a la comisaría de los Mossos d’ Escuadra para denunciar a Cristina Rivas cunado una llamada le dejó atónito.
Su suegra le comunicó que había encontrado a la pequeña muerta. Cuando la policía y las enfermeras acudieron a la escena el crimen se encontraron a Cristina Rivas inconsciente. La mujer intentó suicidarse tras cometer el crimen, pero no lo consiguió. Tal y como ha declarado una de las enfermeras ante el juez, preguntaron a la mujer por la niña a lo que ella respondió que la había asfixiado con una bolsa después de darle pastillas. Al parecer, según ha apuntado la acusada, a la niña le gustaba estar más en casa del padre. Este sería el motivo que impulsó a Cristina Rivas a acabar con la vida de la pequeña de cuatro años. El juicio de Cristina Rivas sigue su curso con más pruebas periciales para abordar el estado de salud mental de la acusada cuando cometió el crimen. Las abogadas de la mujer pretenden conseguir con estas pruebas un atenuante que rebaje la condena ante la solicitud de prisión permanente revisable que han realizado la familia paterna de la niña y la Fiscalía.
El perfil de las madres que asesinan a sus hijos
Cristina Rivas no actuó de forma repentina cuando acabó con la vida de su propia hija. Así lo revelan las 17.000 búsquedas de internet relacionadas con el crimen que se han revisado en sus dispositivos electrónicos. Tal y como han relatado los peritos de los Mossos d’ Escuadra ante el jurado de la Audiencia de Barcelona, la mujer pasó las semanas previas al crimen buscando información sobre asesinatos de menores cometidos con bolsas de plástico para asfixiarlos. Tal y como ha señalado la investigación, también se empapó de otros crímenes de niños asesinados a manos de sus padres en España, como es el caso de Asunta Basterra, las hermanas Anna y Olivia y el pequeño Gabriel Cruz.
Antes de que Cristina Rivas intentara suicidarse, también buscó información sobre cómo hacerlo, la obtención de armas en el país y datos a cerca de envenenamientos. Además, los peritos han expuesto que Cristina utilizaba expresiones que aparecen en la serie documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’. Al parecer, dos meses antes de cometer el crimen se visionó la serie y empezó a imitar comportamientos. También utilizó expresiones similares que aparecen en el guion sobre sus cartas de despedida. Desde luego, no se conoce el impulso que lleva a las madres a acabar con la vida de sus hijos, aunque sí exististe un patrón entre ellas que se repite.
Tanto Rosario Porto como Cristina Rivas envenenaron y sedaron con pastillas a sus hijas antes de asesinarlas de forma premeditada. Rosario lo hizo con 27 comprimidos de Lorazepam mientras que Cristina, que era auxiliar de farmacia, utilizó varias pastillas de diazepam y lorazepam. Después, cada una de ellas acabó con la vida de su hija mediante asfixia. Sin duda alguna, ambos crímenes responden a un modus operandi premeditado muy similar. Además, tras ser juzgadas y señaladas, las dos intentaron suicidarse. Después de varios intentos, Rosario Porto se quitó la vida en su celda en la que cumplía condena. Cristina Rivas continúa con vida y está siendo juzgada ante la ley por el crimen que cometió a la espera de que una condena dicte su futuro.