Jesús Pradales, acusado de un delito de homicidio con agravante de parentesco, ha recibido una condena firme después 21 años. La fiscal del caso asegura que la muerte de Juana no fue "accidental" sino el "resultado de una acción agresiva en la que Jesús asumía el riesgo". Por ello, la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al hombre a 14 años de prisión por el homicidio intencionado.
Juana Canal desapareció hace 21 años y, hasta ahora, no se había condenado a ningún responsable
Juana Canal desaparecía en el distrito de Ciudad Lineal (Madrid) en 2003. 19 años después y poco antes de que su caso prescribiera, las autoridades detenían a su expareja como sospechosa de la desaparición. Durante casi dos décadas, el asesino de Juana Canal ha mantenido la misma versión que lo exculpaba de los hechos. Según Jesús Pradales, la mujer se había marchado voluntariamente de casa tras una discusión. Desde entonces, su paradero era toda una incógnita. No fue hasta 2019 cuando las autoridades analizaron las primeras pistas. A partir de entonces, llegaron las primeras pruebas que comenzaron a arrojar luz sobre el caso. Un senderista encontró un cráneo y una tibia en una finca de Navalacruz (Ávila). Tras analizarlo, los agentes esclarecieron que se trataba de Juana, desaparecida 16 años antes. Gracias a estas pistas, los investigadores siguieron adelante con el caso para esclarecer qué pudo ocurrirle a la mujer.
Poco después, los familiares de la víctima comenzaron a sospechar de su expareja, Jesús Pradales. Tal y como señalaron hace años, el hombre jamás se volvió a interesar por la desaparición de Juana. De hecho, solo cuatro meses después de que los familiares de Juana denunciaran su desaparición, Jesús comenzaba una nueva relación otra mujer. Aunque Jesús siempre estuvo en el punto de mira, no existían evidencias que culparan al exnovio de la mujer. No obstante, terminó confesando a los agentes la autoría de los hechos después de ser, finalmente, detenido. Según su relato, Jesús golpeó a la mujer para apartarla de sí mismo tras una discusión. Este mismo golpe es el que, presuntamente, acabó con su vida. Según relataba a las autoridades, esa noche la mujer estaba más agresiva de lo habitual debido a los efectos del alcohol. Después, descuartizó el cuerpo de Juana y enterró sus restos en dos zonas distintas de Ávila que solía visitar.
Sentencia firme para Jesús Pradales, acusado de un delito de homicidio
El juicio por el asesinato de la mujer arrancaba el pasado 15 de septiembre en la Audiencia Provincial de Madrid. La Acusación particular y la Fiscalía pidieron 15 años de prisión para el acusado de un delito de homicidio con agravante de parentesco. El abogado de Jesús ha defendido que la muerte de la mujer fue "un hecho accidental, desgraciado y fortuito". "No hay comisión de ningún delito y los hechos posteriores pues en nada afectan a la dinámica de lo que sucedió esa noche", señala el abogado del acusado. El mismo letrado ha defendido la absolución de su cliente hasta el último momento. Además, ha puesto en relieve su colaboración con la investigación tras ser detenido y ha solicitado que se contemplaran las atenuantes de confesión y dilaciones indebidas. El abogado también ha señalado que los actos de Jesús tras los hechos derivaron de "una situación de absoluta tensión y pánico". Tal y como descubrieron los investigadores, el hombre escribió una nota fingiendo ser Juana en la que anunciaba que se iba voluntariamente del domicilio. Aun así, este alegato no ha sido suficiente para que su cliente evitara la cárcel.
Hoy, la sección séptima de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Jesús Pradales a 14 años de prisión por el homicidio intencionado. La fiscal sostenía que la muerte de Juana no fue "accidental" sino el "resultado de una acción agresiva en la que Jesús asumía el riesgo". "En 26 horas la descuartiza, que no es fácil, conduce 170 kilómetros, cava dos hoyos, entierra los restos óseos, vuelve y deja la nota a Sergio, el hijo mayor de Juana, en la que le escribe que su madre ha tomado pastillas y se ha ido", explicó la fiscal. Además, Jesús ha sido condenado a pagar un total de 206.000 euros a los familiares de la víctima siendo 22.000 euros para cada uno de sus hermanos. La decisión ha derivado del criterio del jurado popular que el pasado 26 de septiembre declaró culpable al acusado por unanimidad del homicidio doloso. "Hay que tener en cuenta la gravedad del daño sufrido por los familiares, ligado a la experiencia de perder de forma abrupta una madre y hermana, resultando probado en el juicio que el hijo que convivía con ella tuvo que abandonar el domicilio por no poder hacer frente a los gastos de alquiler, y que incluso falleció sin tener noticia alguna de que había ocurrido con su madre", recoge la sentencia según 'Europa Press'.