Pablo de Rojas, más conocido como ‘el falso obispo’, se ha convertido en uno de los principales protagonistas de la trama de las monjas de Belorado. Tras renunciar a la Iglesia católica, las quince religiosas están ahora bajo la tutela de este hombre que se autodenomina como ‘Duque Imperial’ y ‘Príncipe Elector’ del Sacro Imperio Romano. Pablo de Rojas fue excomulgado en 2019 y desde entonces niega al Vaticano y al papa, pero es seguidor del obispo cismático vietnamita Ngo Dinh Thuc. Además, solo reconoce como último pontífice a Pío XII y señala que el resto son usurpadores del cargo. A pesar de todo, Pablo de Rojas asegura que es obispo y continúa oficiando misas en su orden. Además, lleva a cabo seminarios para formar a nuevos discípulos en su corriente que la Iglesia Católica considera que es, sin duda, una secta. En cambio, él asegura que la institución “es una suerte de Milicia Guerrera predestinada a sobresalir sobre todo lo existente”.
El piso de Pablo de Rojas
Pablo no pasa desapercibido en ningún caso. El hombre camina erguido midiendo cada uno de sus movimientos para, como él señala, “guardar relación con el poder y la majestad de dios”. Además, de Rojas viste con indumentaria eclesiástica propia de los años 50. Lleva sotana de cuello romano, una pequeña mitra y oficia sus misas en latín. Aun así, no lleva una vida demasiada modesta y le gusta mostrar cómo vive a través de redes sociales. De Rojas reside en un piso de más de 300 metros cuadrados en el centro de Bilbao, pero no lo hace solo. Tiene una doncella con cofia y un mayordomo que viste con chaqué que, al parecer, podría ser pariente suyo. El interior de su domicilio luce como una vivienda arcaica, aunque no le faltan los lujos.
Tiene vitrinas llenas de figuras, butacones con estampado barroco en varias salas y todo tipo de adornos colgados en la pared como cuadros, relojes y crucifijos. Además, una de las habitaciones tiene una gran lámpara de araña propia de iglesias antiguas y una cama con un cabecero característico del siglo XVIII. Las borlas y los bordados antiguos típicos de los estandartes eclesiásticos tampoco faltan en sus edredones y sus cortinas aterciopeladas de color rojo vino. Por si fuera poco, la vivienda también tiene un altar. Parece que Pablo de Rojas, además, tiene pasión por la música ya que ostenta gran piano y un enorme fonógrafo. Cualquiera podría decir que esta casa parece un museo.
Borja Agudo, un fotógrafo que entró en su casa para hacer un reportaje para ‘El Correo’, ha explicado en ‘Antena3 Noticias que “establa flipando”. “Nada más pasar por la puerta era como atravesar un portal temporal y pasar de 2008 a 1950. La decoración de la casa era antigua y tenía un montón de figuritas. Tenía montada una casa increíble, ahí habría dinero”, señala Aguado. Sin duda alguna, es un hombre ostentoso y no le falta ningún detalle. La vivienda deja atónito a cualquiera con una decoración mucho más recargada de lo habitual. Después de que el interior de la vivienda de Pablo de Rojas saliera a la luz, son múltiples los comentarios que han aterrizado en las redes. Algunos de ellos señalan que la casa “parece sacada de un nivel de Castlevania”. Aun así, esta no es la única vivienda que pose. Su orden, la Pía Unión de San Pablo Apóstol, cuenta con dos grandes casas de formación para preparar a sus discípulos. Uno de los centros dedicados a las vocaciones más jóvenes se encuentra en Vizcaya, mientras que quienes han recibido la ‘llamada’ más tarde conviven en Alar del Rey (Palencia). Al parecer, no solo tiene sedes en el territorio nacional sino, también, fuera del país. Según cuenta, este patrimonio se financia a través de donaciones.
Así son sus seminarios
Los centros de formación de la Pía Unión de San Pablo Apóstol no son mixtos y están dedicados solo a aquellos hombres que buscan formar parte de su ‘iglesia’ paralela que reivindica, según él, el auténtico catolicismo frente a la Santa Sede. Los seminarios tienen el objetivo de formar a los futuros ‘sacerdotes’ de su orden. La duración de esta formación es de un año llamado Propedéutico, tres de filosofía y cuatro de Teología. Además, la unión exige a los alumnos vestir con un traje eclesiástico formado por una sotana negra y cuello blanco. Otro de los requisitos indispensables es afeitarse la coronilla. El día para quienes estudian en la orden de Pablo de Rojas empieza a las cinco y media de la mañana con rezos, clases y misas en los que, por supuesto, no están permitidos los teléfonos móviles. Los alumnos y futuros ‘sacerdotes’ tampoco pueden fumar y solo pueden ponerse en contacto por teléfono o recibir visitas de sus familiares exclusivamente el tercer domingo de cada mes.