Arthur Brooks (60 años) publicaba junto a Oprah Winfrey (70) el libro
'Build the Life You Want: The Art and Science of Getting Happier' ('Construye la vida que quieres: el arte y la ciencia de ser más felices', en su traducción al castellano) y ponía de relieve ese declive que podemos experimentar en determinados momentos de nuestra vida si buscamos la felicidad. A veces, parece que tenemos muy claro lo que queremos, pero cuando lo tenemos continuamos tristes o nos sentimos decepcionados porque no ha tenido en nosotros el impacto deseado y eso es algo de lo que el experto de la Universidad de Harvard sabe mucho.
El profesor eligió la música para su crecimiento personal y profesional durante décadas, pero tuvo que dar un giro a su vida al percibir que no se sentía como esperaba, quizás porque se había equivocado o porque había otro camino en el que sería más feliz. Para él, el hecho de que, en general, "la felicidad haya ido en declive" tiene que ver con la "erosión" a la que se han enfrentado cuatro hábitos, tal y como lo explicaba en un foro que resume el portal educativo de la prestigiosa universidad.
Construir hábitos para frenar el declive de la felicidad
Arthur Brooks cree que hay cuatro hábitos que se han visto erosionados con el paso del tiempo, lo que ha condicionado también que se produzca un declive significativo de la felicidad a lo largo de las tres últimas décadas, pero eso no quiere decir que esté todo perdido, ni mucho menos. En un foro en la Universidad de Harvard apuntaba a "la fe, la familia, los amigos y un trabajo significativo" como esas claves que brillan menos en los últimos años por distintos motivos.
En el caso del primero de ellos, habla de "la trascendencia de pensar algo más grande que nuestra vida cotidiana", algo que es menos habitual, según su parecer, actualmente. En el caso de la familia y los amigos, el mayor experto en felicidad de la Universidad de Harvard sostiene que hay varios motivos para que las relaciones con nuestros más cercanos se hayan visto deterioradas. Por un lado, la pandemia del coronavirus, que nos hizo caer en la distancia social; también influye la polarización política, en aumento, que nos lleva en ocasiones a huir de quienes tienen otra ideología y las redes sociales, "aislantes" de los demás.
No obstante, el profesor cree que se puede "construir" más allá de lo que se ha visto resquebrajado, para alcanzar mayores niveles de bienestar emocional. Para ello, es importante, dice, "aligerar cargas", así como "hacer cosas" o "participar en conversaciones difíciles", tomando como ejemplo la potente actividad en Harvard y la reflexión que le hacía un estudioso de democracia. "Necesitamos un significado más que cualquier otra cosa", concluye el doctor relacionando ese "significado" con "la coherencia".
La felicidad en la Universidad de Harvard
La Universidad de Harvard goza de un prestigio impresionante, no solo por la cantidad de premios Nobel, Pulitzer o medallas en los Juegos Olímpicos, sino por las lecciones de sus expertos, que traspasan fronteras y calan mucho en las personas. En cuanto a la felicidad, son muchos los temas que abordan sus expertos en numerosos estudios e investigaciones, algunas de ellas extendidas a lo largo de los años para alcanzar conclusiones más acertadas o con una muestra de personas mucho más amplia.
En el foro en el que Arthur Brooks abordaba los hábitos erosionados y las claves para construir de nuevo una estructura sólida para ser más felices, también hablaba del estado de ánimo que se puede percibir dentro de las paredes del propio complejo universitario: "Hay mucha felicidad en sus vidas. Harvard no es un solo organismo unitario. Es mucha gente haciendo muchas cosas". Matizaba, eso sí, que quizás no había una "cultura feliz", pero sí se mostraba optimista a la hora de poder lograr ese objetivo con trabajo.
"De hecho, soy más optimista sobre este lugar de lo que he sido en los cinco años que llevo aquí. La razón es que la incomodidad que sentimos como comunidad es un estímulo para nuestro crecimiento", decía el profesor en la charla universitaria, donde también acudía al ejemplo de otro experto, en ese caso en democracia y profesor de esa disciplina, quien utilizaba una interesante metáfora para adquirir uno de esos hábitos saludables al tiempo que lideraba el foro.
Según Tarek Masoud, aunque nos parezca incómodo, en muchas ocasiones, entrar en el terreno de las conversaciones difíciles, puede ser algo comparable con la rutina de ir al gimnasio a hacer ejercicio. El resultado, con el tiempo, puede ser muy positivo, ya que seremos más fuertes y, como ocurre con el deporte, "puede que lo disfrutemos".