Andrew Budson, jefe de neurología cognitiva: "Un programa de ejercicio vigoroso en la mediana edad retrasa la demencia en casi 10 años"

Muchas de estas rutinas también son beneficiosas para la salud del corazón y pueden retrasar la aparición de la demencia en casi 10 años.

Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 11 de noviembre de 2024, 13:29

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La pérdida de memoria es una de las mayores preocupaciones y uno de los grandes problemas de la mayoría en la vejez. Olvidar con frecuencia tareas sencillas, obligaciones, recuerdos e incluso nombres no es agradable y puede llegar a desestabilizarnos emocionalmente. Para afrontar este problema, son muchas las personas que optan por utilizar recordatorios como alternativa, aunque no es una solución permanente. Los expertos aseguran que cuidar nuestra salud mental y física desde jóvenes es fundamental para evitar este problema en la vejez. De hecho, la Universidad de Harvard ha desvelado cuatro hábitos saludables que pueden reforzar la salud del cerebro y la memoria.

La calidad del sueño es fundamental para conservar nuestra memoria 

Los fallos en la memoria son uno de los principales fallos cognitivos que aparecen con la edad. En general, no son motivo para preocuparnos demasiado ya que es fruto del deterioro humano. Aun así, esta situación puede llegar a ser frustrante en edades avanzadas. Los expertos de Harvard aseguran que puede ralentizarse el deterioro de la memoria a través de varios hábitos saludables. Además, muchas de estas rutinas también son beneficiosas para la salud del corazón, los vasos sanguíneos y el estómago. La Universidad de Harvard asegura que el primero de los hábitos es aumentar las horas y la calidad del sueño. "Necesitamos dormir, al menos, siete horas cada noche para ayudar al cuerpo a descansar y al cerebro a realizar funciones importantes", señala Harvard en su artículo 'Embrace healthy habits for a robust memory'.

Sentirnos descansados y dormir bien es fundamental para el funcionamiento de nuestro cuerpo, así como, también, para su bienestar. "Durante el sueño, el sistema linfático del cerebro elimina los desechos que produce, incluidas las toxinas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer (como la proteína beta-amiloide)", señala. El doctor Andrew Budson y jefe de neurología cognitiva y conductual del VA Boston Healthcare System asegura que "el sueño es también el momento en el que el cerebro consolida y almacena la información que hemos aprendido en la memoria a largo plazo". El también coautor del libro 'Seven Steps to Managing Your Memory' señala que "si no dormimos lo suficiente, estas funciones pueden verse afectadas". 

Una alimentación saludable es clave para mantener una buena memoria

El segundo de los hábitos fundamentales que recomiendan los expertos de Harvard es conservar es el seguimiento de una correcta alimentación. "Una dieta saludable puede ayudar a prevenir la inflamación crónica, que puede provocar la enfermedad de Alzheimer, y un tipo de deterioro cognitivo que resulta de los mini accidentes cerebrovasculares silenciosos", señala Andrew Budson. Lo cierto es que estos accidentes que menciona el doctor bloquean el flujo sanguíneo al cerebro sin presentar síntomas y eliminando lentamente las células cerebrales. "Con el tiempo, se pueden sufrir decenas o cientos de estos pequeños accidentes cerebrovasculares, provocando daño en el cerebro", asegura Budson.

El tercero de los hábitos clave que no debemos olvidar es el ejercicio. Practicar actividades físicas con frecuencia es fundamental para mantener una memoria saludable y activa. "El ejercicio promueve la liberación de una poderosa molécula llamada factor neurotrófico derivado del cerebro que repara las células cerebrales, fortalece sus conexiones, promueve el crecimiento de nuevas células y aumenta el tamaño del hipocampo. El ejercicio también aumenta el flujo sanguíneo del cerebro y puede proteger el sistema cerebral para eliminar toxinas", señala la Universidad de Harvard en el citado artículo. Para ello, el doctor Budson recomienda 30 minutos de ejercicio aeróbico diario, al menos, cinco días a la semana. "Se ha demostrado que comenzar un programa de ejercicio vigoroso en la mediana edad retrasa la aparición de la demencia en casi 10 años. Por lo tanto, ya sea que tenga 29 o 92 años, es una edad excelente para comenzar a hacer ejercicio", sostiene Budson.

Adiós al estrés: dificulta la recuperación de la información almacenada en el cerebro

El último de los consejos que lanza la Universidad de Harvard se centra en cuidar la salud mental y evitar grandes cargas de trabajo que nos puedan provocar estrés, ya que este dificulta la recuperación de la información almacenada en el cerebro. "Cuando estás estresado, tu cerebro prioriza tu capacidad para entender qué está pasando y qué necesitas hacer. Le quita prioridad a los procesos que te permitirían recuperar rápidamente tus conocimientos y recuerdos", explica Budson. El experto asegura que una forma de controlar el estrés es practicando la atención plena, un tipo de meditación que ayuda a aprender a controlar la concentración observando las imágenes, los sonidos, los olores y los sentimientos que se experimentan. "Cuando dejas el teléfono inteligente a un lado al llegar a casa, por ejemplo, tómate un momento para concentrarte en lo que estás haciendo, cómo te sientes y dónde estás", aconseja Budson. Harvard también ha destacado que estos hábitos no solo favorecen a la capacidad cerebral sino que, también, nos ayudarán a envejecer mejor.

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