Quiero agradecer las justas palabras que mi hermana Carmen tuvo hacia su sobrina, Alejandra, al reconocer que ella ha tenido que capear sola las primeras semanas del temporal creado por el tsunami de la muerte de su abuela. Toda la familia pensamos que mi hija lo ha hecho de una manera estupenda y estamos muy agradecidas por su templanza en momentos complicados. Os confieso que de toda la entrevista de mi hermana lo que más me sobrecogió fue escucharla decir que, en estos momentos, ella dependía emocionalmente de mí. Estaba viendo la entrevista desde mi casa. Cuando le escuché decir que yo me he convertido en esa madre que se nos ha ido, que necesitaba abrazarme y estar conmigo, me rompí. No paraba de llorar. Las lágrimas no cesaban de recorrer mis mejillas a toda velocidad. Estoy muy agradecida por las palabras que tuvo hacia mí profesionalmente. Escuchar a tu hermana decir que por ley yo soy la sucesora de nuestra madre fue un gesto muy generoso.
Soy de las que piensa que en la vida hay personas que son insustituibles e irrepetibles. Una de ellas era nuestra madre. Eso no significa que no haya bebido mucho de su fuente y que no haya aprendido muchísimo de ella y con ella. Eso en cierto modo me ayuda a tener un cierto parecido entre comillas con mi madre. Me sentí halagada por las palabras de mi hermana pero, a la vez, me da miedo pensar que no sé si seré capaz de estar a la altura de lo que ella necesita. No es porque sea una carga para mí, sino por ver si voy a saber cubrir las necesidades afectivas que necesita en estos momentos. Entre otras cosas porque, lógicamente, yo no estoy bien tampoco y tengo que recomponerme de todo esto, también. Todavía, hay momentos en los que pienso que no ha ocurrido nada y que todo ha sido producto de una terrible pesadilla. ¡Ojalá fuera así! Quiero terminar este blog agradeciéndole a Ana Rosa Quintana que en su vuelta a las tardes, en su primer programa, hiciera un reconocimiento a tantas mujeres importantes. Qué orgullo cuando Ana Rosa nombró a mi madre para dedicarle su primer programa y dijo cosas tan bonitas sobre ella. ¡Muchas gracias, Ana!