Madrid. 25 de octubre. Una de la madrugada. Todo parece en calma un miércoles cualquiera en el centro de la capital. El mítico Corral de la Morería, uno de los tablaos flamencos más populares del país, cierra sus puertas. Los camareros ya han terminado su turno pero todavía quedan dos comensales dentro. Se trata de Federico de Dinamarca (55 años) y Genoveva Casanova (47 años). La revista Lecturas publica en exclusiva las imágenes del príncipe heredero del trono de Dinamarca junto a la ex de Cayetano Martínez de Irujo en Madrid. Una velada que comenzó con un paseo por el Retiro y terminó en el domicilio de Casanova.
En las páginas de nuestra revista se encuentra, al detalle, todo lo que hicieron Federico y Genoveva este pasado 25 de octubre. Tratando de guardar la mayor privacidad posible, contando la compañía de los escoltas del príncipe, acudieron hasta el Corral de la Morería para disfrutar de una cena con espectáculo. Llegaron en el mismo coche aunque entraron por separado. Permanecieron en el local hasta la una de la madrugada. Fue entonces cuando cogieron rumbo al hogar de la ex de Cayetano Martínez de Irujo.
La noche de Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova
“El coche les aguarda a pocos metros, oculto en la noche. Cuando lo alcanzan, Federico, en un gesto de cortesía, le abre la puerta a Genoveva”. Este miércoles podemos ver en las páginas de la revista Lecturas todas las imágenes que demuestran los movimientos del príncipe heredero del trono danés. Si cuando salieron rumbo al restaurante optaron por hacerlo por separado -aunque en el mismo vehículo-, la noche no fue tan precavida. Federico y Genoveva llegaron al domicilio de ella y entraron juntos. Fue Casanova quien abrió la puerta con su llave.
No hay duda alguna acerca de dónde pasaron la noche Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova. El marido de Mary Donaldson pernoctó en el domicilio de su compañera de cena. Hasta allí llegaron juntos en su vehículo y no fue hasta la mañana siguiente cuando el heredero al trono abandonó el apartamento. Lo hizo, eso sí, en solitario y con una maleta. Había terminado su velada madrileña y volvía a sus obligaciones en palacio.
Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova: siete horas juntos
No fue hasta pasada las ocho de la mañana cuando Federico de Dinamarca abandonó el domicilio de Genoveva Casanova. Ni un movimiento durante toda la noche. El príncipe heredero llegaba hasta el apartamento acompañado de la mexicana pero reaparecía al día siguiente solo. Lo hacía con un atuendo algo más informal aunque abrigado debido a las bajas temperaturas de la capital. Así queda reflejado en el reportaje fotográfico que este miércoles ve la luz en la revista Lecturas en exclusiva.
Han pasado siete horas. Federico de Dinamarca abandona el domicilio con una bolsa y una maleta. Le cuesta encontrar el vehículo que le llevará hasta el aeropuerto. De hecho, tiene que llamar para que le indiquen donde está. Se trata de un automóvil con matrícula de la embajada danesa y le lleva directo a la terminal ejecutiva del aeropuerto donde coge un vuelo de regreso a Dinamarca. Allí vuelve a centrarse en sus obligaciones institucionales y reencontrarse con su familia.
Las medidas de privacidad de Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova en su noche juntos
Pocos fueron los ciudadanos que paseaban por el Retiro y se dieron cuenta de quien se encontraba a su lado. El príncipe heredero de Dinamarca compartía una tarde junto a Genoveva Casanova. Lo hacían sin esconderse aunque acompañados de dos escoltas. Relajados y distendidos dejaban claro que se conocen. Les quedaba por delante una íntima velada en el Corral de la Morería. Pese a que no evitaron miradas curiosas sí pusieron medidas para no ser captados.
Los dos viajaron en el mismo vehículo pero trato de evitar su imagen juntos. No lo consiguieron, claro, como puede verse en el detallado reportaje fotográfico que publica la revista Lecturas. Salieron y entraron del vehículo por separado, dejando unos minutos para evitar las cámaras. En el restaurante ocuparon un reservado lejos de las miradas del resto de comensales. Un camarero, de hecho, custodió que nadie les molestase.
No fue hasta el regreso al domicilio de Genoveva cuando el príncipe heredero de Dinamarca bajó la guardia. Los comensales salieron juntos del coche y entraron en casa de Casanova a la vez. Allí pasaron la noche. Siete horas hasta que Federico regresó a su país.