"Mi corazón sigue roto, es la primera Semana Santa sin mi madre"

Terelu Campos

Presentadora, colaboradora televisiva, bloguera y actriz

Actualizado a 27 de marzo de 2024, 16:04

GTRES
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Llegué el pasado sábado al mediodía y por primera vez en más de veintimuchos años no voy al hotel y también por primera vez desde el pasado mes de agosto entro por las puertas de la casa de mi madre en Málaga, porque para mí siempre será la casa de mi madre en Málaga. Vengo acompañada de mi amiga Paloma, que también estuvo por última vez en esta casa el pasado mes de agosto. Intento no hacer un drama ni desmoronarme, y lo consigo, pero mi pena va por dentro y mi corazón sigue roto. He aprendido, digamos, que a disimularlo.

A solas con la Virgen

Sentarme en este salón y contemplar el mar es la última imagen que tengo de ella en esta casa y en su querida Málaga.Aprovecho para acercarme a la Hermandad de la Paloma, para ver a la Virgen ya en el trono en el que Dios quiera que pueda salir el Miércoles Santo. Tengo la suerte de que se me permita estar casi a solas con ella, (porque llego minutos antes de que se cierren las puertas de la iglesia para todo el público, incluida yo, y eso me hace sentirla muy cerca), de rezarle, y de pedirle que tenga a mi madre, a su hermano, a mi abuela y a mi tía Kika protegidas con su manto, porque para eso están ellos en su columbario. Esta vez mi madre ya no está. Pero no es que no esté en Málaga, como el año pasado, es que ya no está.

Terelu Campos

El tiempo no nos acompaña y hace peligrar seriamente la salida de las Hermandades de nuestros Cristos y de nuestras Vírgenes, para honrarlas por las calles de Málaga. Por un momento pienso que Málaga llora la ausencia de una de sus malagueñas más queridas. Quiero pensar, me gusta pensar que es así, si algo se tuerce, o si se está torciendo para evitar tener una grandiosa Semana Santa acompañada por el tiempo, (que es fundamental para poder tenerla), de alguna manera, es porque ella no está. Aun así cumplo con mis promesas, estar aquí para ver a la Virgencita de la Salud y estar aquí para ver a nuestro Padre Jesús Cautivo, el Señor de Málaga.

Cumplo desde hace muchos años esa promesa, y ante la duda que pueda procesionar por las calles de Málaga, siempre en la mañana del Lunes Santo, acudo a verlo a la casa de la Hermandad. Ahí le doy las gracias por permitirme hacerlo un año más. Ahí le pido que me ayude en el día a día. A mí y a los míos. En la salud, en el trabajo.

No olvidaré cuando el año pasado me puse ante él y solo le dije una cosa: “Sabes como está, haz lo que consideres, haz lo que creas conveniente, lo que sea lo mejor para ella. Dejo en tus manos esa decisión”. Está claro que entendió perfectamente mis palabras. Y así lo entendí yo cuando se la llevó. El año pasado estaba entre nosotros, pero no estaba en la Semana Santa. Este año no está entre nosotros, pero sí está en su Málaga.

El cáncer de Kate

Cambiando de tema, la semana pasada os hablé de la opacidad de la casa real británica y francamente me quedo tremendamente sorprendida con el anuncio de Kate Midelton diciéndonos que tiene cáncer. No alcanzo a entender, tanto por el rey Carlos como por la princesa de Gales, cuál es el problema de dar una información completa. Sabemos que el rey Carlos tiene cáncer pero no sabemos qué tipo de cáncer. Ahora sabemos que Kate tiene cáncer,

pero tampoco sabemos qué tipo de cáncer. Yo, que desgraciadamente he pasado por dos cánceres de mama, cada uno con su nombre y su apellido, no alcanzo a entender el porqué hay que reservarse el origen y el nombre y apellido de su enfermedad.

 

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Una gran pérdida

El sábado me quedo casi en shock cuando conozco la muerte de Silvia Tortosa. Vienen a mi cabeza muchísimos recuerdos de tantos años de amistad de mi madre y de Silvia. Yo he podido ser partícipe de ello, yo he disfrutado de esa amistad, yo me puse mi primer zapato de tacón junto a Silvia Tortosa en un fin de año en Roses, Girona. Imaginaros qué cosa, que una nunca olvida. Y reconozco que desconocía absolutamente la enfermedad de Silvia. Por eso me pilla totalmente de sorpresa. Silvia era una de las mujeres más disciplinadas que he conocido en mi vida en todo. En su trabajo, para su cuerpo... Era una mujer cariñosa, siento mucho su pérdida.

Y por terminar con algo agradable, aunque sé que a ella no le gusta, quiero aprovechar porque este pasado Domingo de Ramos, 24 de marzo, mi princesa ha cumplido 24 años. Lucha por tu felicidad y no olvides que yo siempre estaré a tu lado.

 

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