La semana pasada fue toledana para mí. A los audios de la nuera de Carmen y a la exclusiva de mi hermana se suma que encima me he hecho un esguince en el pie derecho. No sé si habéis notado que no ando muy bien estos días, pero, si os habías percatado, ya sabéis el motivo. Parece una tontería, pero una dolencia así te joroba un poco la vida y te la condiciona. Uno tiene que caminar y no se puede dejar de trabajar por eso. Os preguntaréis cómo me lo hice. Como siempre pasa en estos casos, fue de la forma más tonta. Me torcí el pie bajando un escalón de dos centímetros.
Aunque nos creamos fuertes, somos infinitamente más frágiles de lo que pensamos. El cuerpo parece que tiene memoria. Siempre que me he hecho un esguince ha sido en el mismo pie. No sé si esto médicamente tiene una explicación, pero, para mí, es que esa parte se queda tocada y, al menor traspiés, saltan las alarmas y me vuelve a pasar. No es la primera vez que me ocurre y, desgraciadamente, no será la última.
Terelu Campos nos enseña como está su tobillo derecho tras hacerse un esguince.
Mi mala pata con Julio Iglesias
El primer esguince me lo hice tras entrevistar a Julio Iglesias en Valencia durante más de tres horas. Él ofreció una cena a la que fui con unos amigos. Recuerdo que Julio tenía su sede ese verano en Ibiza y desde allí se movía a sus conciertos. Volviendo a la cena. Yo iba monísima con unas sandalias ideales. Subiendo los pequeños escalones del restaurante me comí uno de ellos. Al ver a Julio le dije que me había hecho daño. Él me dice que me vaya unos días a Ibiza con él y con su familia. Le dije que no podía y que tenía que volver a Madrid. Al día siguiente, me despierto en el hotel con el tobillo hinchado como una bota. Horas después me veo en el aeropuerto de Manises tirando sola de la maleta. ¡Lo pasé francamente mal! Lo peor fue cuando unos días antes de la boda de Curro Romero y Carmen Tello, en Sevilla, me rompí el dedo gordo de este pie saliendo de Telemadrid por una broma de Enrique del Pozo. ¡Me tuvieron que sacar en silla de ruedas! Mi fisioterapeuta tuvo que hacer un trabajo a contrarreloj para arreglarme el pie y que me pudiera poner los zapatos que me pegaban con el vestido.