La pasada semana fue frenética para mí, no faltó de nada: cumpleaños, entrega de premios, comidas, cenas con amigos y compromisos laborales, que me hicieron especial ilusión. Hace unos días, me reencontré con mis compañeros de ‘Sálvame’ con los que he trabajado y compartido alegrías y penas durante tantos años de mi vida. Me gusta verlos, no lo voy a negar. Esta quedada fue por un motivo especial. Nos reunimos en el Hotel Óscar, propiedad de Kike Sarasola, situado en Chueca. Mientras nos maquillábamos y peinábamos, hablamos de nuestras preocupaciones e inquietudes de la vida. Una vez preparados, entramos en una sala en la que se nos anunció que el próximo 1 de febrero se estrenarán en Netflix los capítulos de México de ‘¡Sálvese quien pueda!’. Tengo mucha curiosidad por ver el resultado de esta grabación.
Quedadas inolvidables
Cuando se emitieron los episodios de Miami los teníamos más recientes, pero los de esta segunda temporada nos pillan más lejanos en el tiempo y en el recuerdo. Ahora mismo, me cuesta tener una percepción exacta de todo lo que nos pasó allí. Sentarnos ese día a verlo será emocionante para nosotros. Ya os adelanto que algunas de las cosas que pasaron os van a sorprender. Mientras os divirtáis nosotros ya habremos cumplido nuestro objetivo. Después de esta presentación nos fuimos a comer. Eso nos dio la oportunidad de analizar la situación de la televisión en estos momentos y sacar cada uno las conclusiones de cómo ve su perspectiva. Deseo que nos volvamos a juntar pronto, porque siempre salgo de esas quedadas con un buen sabor de boca. Vivir momentos así, me hace feliz. El martes fue un maratón en mi vida porque, después de ese almuerzo, llegué a casa para descansar un poco antes de irme a los Premios Iris de la Academia de la Televisión.
Un abrazo muy especial
Previamente, mi amigo y admiradísimo Alberto Maeso me pidió estar ahí para hacer un homenaje a mi madre. Me pareció importante y organicé mi agenda para poder asistir junto a Lara Dibildos y Manuel Velasco. Al principio de la gala, entró Joaquín Prat y con él vimos la imagen de su padre, de Concha Velasco, de Laura Valenzuela y de mi madre. Ese momento en el que cada uno mirábamos a nuestras madres fue una mezcla de emoción, de felicidad y de dolor. Mi cuerpo fue a buscar el abrazo de Manuel Velasco y de Lara Dibildos. De ahí, esa imagen que os muestro en el que los tres mirábamos a los que nos dieron la vida y nos enseñaron mucho de ella. Me hizo ilusión vivir ese momento, no solo por el homenaje sino por entregar el Premio Iris a la Mejor Dirección de Programa a Carmen Aguilera, directora de ‘El Intermedio’. Entre los nominados estaba Meritxell Estruch, directora de ‘La Isla de las tentaciones’. Confieso que, mientras abría el sobre, tenía la ilusión de que pusiera su nombre por el cariño que nos tenemos. Para mí hubiera sido formar parte de ese premio. Me dio pena, porque me hubiera marcado un Penélope Cruz cuando le dio el Óscar a Pedro Almodóvar. ¡Me hubiera salido del alma! Eso sí, lo digo sin quitar mi enhorabuena y mi reconocimiento a la ganadora. El día no terminó ahí, porque mi querido Eduardo Navarrete celebraba su 30 cumpleaños y fui a brindar con él. Eduardo es una persona con un talento y con una capacidad de innovar increíble. Todo eso, es producto de no tener miedo y eso es muy importante en la vida. Solo él puede reunir a tanta gente tan diferente en un mismo espacio como: Alejandro Amenábar, Loles León, Asier Etxeandia o La Terremoto de Alcorcón, entre otros. Las quedadas con Navarrete siempre son una cóctel de imaginación, color, transgresión y LIBERTAD. Es maravilloso coincidir con personas tan distintas con las que no hemos hablado en la vida. En un momento de la fiesta me pidieron que subiera al escenario.
El cumpleaños de Raúl
Aunque os parezca increíble es algo que odio hacer, pero acepté porque quiero mucho a Eduardo. Él llegó a mi vida a través de un programa de televisión y como os confesé hace tiempo he llegado a un punto en el que solo entra en mi vida gente que me sume. Él siempre lo hace y me aporta amor, cariño, respeto, pasión y diversión. ¡Felicidades amigo. Te quiero! Hablando de celebraciones, la semana acabó en una celebración medio íntima del cumpleaños de uno de los hombres más importantes de mi vida y uno de los que más amo: Raúl Prieto. Estar con él para mí es siempre un regalo. ¡Felicidades amor! Las circunstancias de salud de Joaquín Torres, como consecuencia del accidente que sufrió, hicieron que fuera una “fiesta” tranquila. Querido Joaquín, espero verte bien en el menor tiempo posible y deseo que no pierdas la paciencia, es muy fácil perderla cuando no ves avanzar.