La semana pasada la terminé con el corazón roto. El sábado Mila Ximénez hubiera cumplido 70 años. La madrugada del viernes al sábado me encontré sola en el salón de mi casa y no pude controlar las lágrimas. Entro en bucle y no consigo controlarme ni consolarme. Lo único bueno es que pude estar así todo el tiempo que me dio la gana porque para eso estoy sola, vivo sola y sé que no violento a nadie con mi llanto. De esta manera no molesto a nadie ni nadie tiene la obligación de consolarme. La echo mucho de menos todos los días. ¡Te quiero, Mila!