Te conozco desde hace muchos años y, además de estar más bueno que el pan, eres afectuoso, espontaneo, encantador, fascinante, educado y buena gente. Y tus avatares personales te han hecho vulnerable y empático, un poco en la línea de Julio Iglesias.
Sí, pero…
No sé porque ahora todo me suena a falso e impostado. Cuando te relajas y estás con tus iguales, he vislumbrado al hombre de Atapuerca que llevas dentro. Sospecho que en la intimidad haces chistes de mariquitas y de enanos, das palmadas en el culo a las mujeres y opinas que lo que nos pasa a las feministas es que estamos mal f…, lo mismo que los antitaurinos, las lesbianas y los que votan a la izquierda. Me gustaría equivocarme, Bertín, y te juro que si fuera así, me tragaría el papel en el que están escritas estas líneas. La tablet no, que hace pupa.