Corría finales del año 1987, yo trabajaba en el programa de Odette Pinto en Radio Miramar y me tocaba entrevistar a José Luis Moreno, entonces solo conocido como un ventrílocuo que salía en televisión en un programa de variedades llamado ‘Entre amigos’. El hombre era alto y corpulento, iba con capa, enseñaba una dentadura muy cara y, a la manera madrileña, besó la mano con desenvoltura a las mujeres y les dio una palmada a los hombres mientras piropeaba sin tasa: “Qué guapa estás”. “Ese jersey de Versace te que- da de miedo... Si quieres te los puedo conseguir a buen precio porque Gianni es muy amigo mío”. “Si buscas un buen cirujano plástico, dímelo, que te envío al mejor”. “No hay nada de joyas que no sepa”.