Doña Elena ¿que quiere ir a los toros y llevar a sus hijos desde pequeños a jalear esta fiesta cruel y por suerte en vías de desaparición? Está usted en su derecho, nadie puede criticarla porque es una ciudadana privada. Sí, pero…
¿Lo es en realidad? ¿No disfruta usted de prebendas por ser hermana del rey? ¿No utiliza palacios de patrimonio nacional, llevan usted y sus hijos escolta, y cuando los periodistas nos pasamos, se nos riñe porque sigue bajo el paraguas protector de la Casa Real? ¡Pues basta! No quiero que con mis impuestos se ayude a una persona tan ajena a mi sensibilidad y espero que al menos para ir a la plaza haya utilizado un taxi y no coche oficial, y que se haya pagado la entrada como todo hijo de… vecino. Y vamos a apearle el doña, ciudadana Borbón, que ya está una harta de tanto tratamiento.