La reina Letizia cumple 45 años y, a diferencia de otras casas reales, la efeméride no tendrá visibilidad. Eso, a diferencia de otros cambios de costumbres recientes, sí es una norma de la familia real española en la que, en tiempos de Juan Carlos I, solo se celebran puntualmente algunos cumpleaños redondos y no siempre oficialmente. El anterior rey no era muy amigo de los festejos y el actual tampoco, aunque la proximidad de su 50º cumpleaños, el próximo 30 de enero, ya está generando algún movimiento como la puesta en circulación de monedas de dos euros con su efigie. Felipe VI, cuyo reinado no parece tener respiro, se merece algún homenaje por todo lo que se ha echado encima en los últimos años.
Pero volvamos a Letizia a punto de iniciar la cuesta abajo hacia los 50, pero aún presumiendo de los cuarenta y tantos. Cuando, en 2012, estrenó los 40, la entonces princesa protagonizó una sesión de fotos en la que también intervinieron el entonces príncipe y las niñas, Leonor y Sofía. Letizia escogió a la fotógrafa Cristina Garcia Rodero, una artista famosa por sus retratos costumbristas y por su visión de la España profunda, que, dando un giro de 180º a su estilo, realizó una sesión fotográfica más propia de la revista 'House and Gardens' con la protagonista posando en una cama balinesa de jardín con sus hijas dormidas en su regazo. La fotógrafa, habitual del blanco y negro y, en cierto modo, adalid del feísmo, seguramente presa del medio escénico se pasó con el colorido, los filtros y el glamour y optó por un estilismo muy similar al de las fotos familiares de Carolina de Mónaco descalza y con tejanos preparando espaguetis en su maravillosa cocina.
La exhibición de ese cumpleaños fue un ensayo que no acabó de salir bien y contribuyó, además, a aumentar la leyenda de las contradicciones de la actual reina que, por un lado, defiende con uñas y dientes su privacidad y, por otro, fomenta cierto culto a su persona. El otro día, por ejemplo, al acompañar a sus hijas al colegio en modo casi clandestino, se dificultaron las fotografías de las niñas pero Letizia cuidó su estilismo al máximo: zapatillas de deporte, tejanos, camisa y americana casual, ya que sabía que mal o bien acabarían haciéndole fotos, y cuidó al detalle su imagen de mamá moderna. Hubiera sido más normal, sin necesidad de un posado convencional, entrar andando al recinto del colegio y permitir las fotografías y todos tan contentos. Pensar que la reina pueda aprovechar su 45º cumpleaños para reforzar la imagen de la Corona no parece probable pero quizá sería necesario.
El año pasado, el cumpleaños de la Reina coincidió con su asistencia a un concierto en el Auditorio Nacional y la orquesta, en un descanso, le dedicó los sones del 'Cumpleaños feliz'. Cuentan quienes estaban cerca que la homenajeada se sintió incómoda e hizo todo lo posible por acortar el momento. En eso se parece a su suegro, el rey Juan Carlos, que no soportaba que cada 5 de enero, el gran, por otra parte, Plácido Domingo le cantara el "cumpleaños feliz" durante el tradicional Concierto de Reyes que se celebraba coincidiendo con el aniversario del monarca y la víspera de los Reyes Magos. En 1991, el rey Juan Carlos no pudo asistir por estar ingresado en un hospital de Madrid tras sufrir un accidente de esquí en Baqueira y el tenor, muy amablemente, acudió al centro médico para visitarle y felicitarle, aunque no se atrevió a cantarle el "Cumpleaños..."