Ni Mallorca, ni Marbella: todos pierden

"La fama se la lleva Ibiza y sus millonarios compitiendo por quien paga más por una botella de champán"

Actualizado a 11 de agosto de 2015, 09:29

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Durante los años dorados de la abundancia, Mallorca competía con Marbella en fiestas y famosos. Un verano ganaba la isla y el otro, la ciudad andaluza pero desde hace algún tiempo los dos destinos vacacionales más famosos de España viven sus horas más bajas y, no porque falte gente sino porque faltan referentes. La fama se la lleva Ibiza y sus millonarios compitiendo por quien paga más por una botella de champán o quien obtiene con menos dificultad una mesa en cualquiera de los locales de moda.

En Mallorca, donde durante años dabas una patada (bueno mejor, una vuelta) y te encontrabas a un famoso, hay que conformarse ahora con Norma Duval y Carolina Cerezuela quienes a fuerza de ir a todas las fiestas acaban por aburrir. No hablamos de la familia real porque desde que don Juan Carlos perdió sus poderes (los mágicos, digo) y el interés por la corte navegante que se reunía en Mallorca con la intención de coincidir, ni que fuera de lejos, con él, ya son pocas las celebridades que escogen la isla como destino vacacional. Tampoco los actuales reyes están muy interesados, o nada, diría yo, en la vida social, y no ejercen de imán para atraer celebridades. Un buen verano en la Mallorca de hace 30 años, coincidían en la isla desde los príncipes de Gales a Michael Douglas, que invitaba a su casa de S’Estaca a Jack Nicholson y otros amigachos de Hollywood, mientras Claudia Schiffer paseaba palmito y Valentino amarraba su yate en Puerto Portals. Hasta los posados de Ana Obregón en la playa situada bajo la casa que sus padres poseen en la Costa de los Pinos, tenían su gracia.

Anita sigue viniendo a Mallorca pero ya nadie la persigue. Estuvo una semana en la isla y se fue sin que le hicieran ni una sola foto...

El otro día apareció en Marbella, como una de las asistentes a la gala Starlite, la única cita que, seguramente gracias al carisma y el empeño de Antonio Banderas, despierta cierto interés. Banderas y esa novia tan inquietante que tiene, llamada Nicole Kimpel, parecen Alberto de Mónaco y Charlene presidiendo el baile de la Cruz Roja, al que acuden, como en Marbella, los nuevos ricos rusos o árabes en busca de glamour. Van listos. En la última gala Starlite, Banderas apareció con dos señoras iguales, ya que Nicole tiene una hermana gemela, Bárbara, aunque cuesta distinguirlas. Como Nicole en vez de raya en medio se había peinado con raya al lado, al principio parecía su hermana y porque Antonio Banderas es un encanto y no es cuestión de ofenderle pero, si fuera otro, diría que ha llegado a un arreglo con las gemelas para que le acompañan de forma alternativa al menos en sus apariciones públicas. Porque no entiendo cómo sigue Nicole sus trabajo como asesora financiera si lleva un año sin separarse del actor. A lo mejor, hay días que la sustituye su hermana, con o sin conocimiento, del bueno de su novio. Lo siento, sería envidia cochina, pero a Antonio Banderas no le pega nada ni Nicole, ni Bárbara, como a José Coronado no le pega Eugenia Martínez Irujo.

Eugenia fue otra de las invitadas, o no, porque la cena era benéfica, a la gala Starlite luciendo su habitual languidez y sosería, mientras Coronado estaba en Madrid. En la cita coincidió con su ex cuñado Cayetano Rivera, a quien acompañaba su novia, Eva González, que dice que no está interesada en casarse con la misma convicción con la que el zorro de la fábula despreciaba las uvas por verdes para esconder que no estaban a su alcance. En medio de las Lomana, Palomita Cuevas y una gran colección de señoras recauchutadas, aparecieron Ana Belén y Victor Manuel, más perdidos que Bob Marley en la Ópera de Viena que actuaron en la gala. Quiero pensar que lo hicieron por Antonio Banderas y menos mal que por allí estaba Imanol Arias, que tiene la virtud de no desentonar en ningún ambiente aunque su actual querencia por Marbella tampoco es normal.

Marbella, a diferencia de Mallorca, al menos sale en las revistas, aunque sea por esas galas prefabricadas pero a la isla balear le quitas a Letizia y sus camisetas con mensaje y se queda en ná.  

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