El sábado inauguro la temporada otoño-invierno de siestas. Madre mía. Qué bien se está en la cama con este fresquito, que diría una madre. Además, la siesta me pone muy tontorrón. Esta noche veré a Sofía Suescun, que no sé en qué punto estará con Kiko Jiménez. Supongo que ambos estarán como mínimo en el G.
Según parece les une una pasión desbordada y desbordante que los empuja a practicar el sexo hasta en la ducha, que digan lo que digan es un lugar muy incómodo. Lo compro como fantasía y poco más. Donde esté una cama que se quite hasta un pajar.
Aunque estuve con Sofía el jueves, intuyo que desde entonces tanto a ella como a Kiko les han sucedido un montón de cosas. Es lo que tienen los personajes que pueblan el Universo Mediaset: están en perpetúo movimiento. Viven a una velocidad tan pasmosa que si dejas de ver un día cualquier programa de la cadena te arriesgas a perder el hilo de los acontecimientos. Yo solo me permito desconectar ligeramente los viernes, pero el sábado vuelvo a la carga para no perder ripio.
Me encanta Sofía. Es una mujer muy inteligente que puede hacer carrera en televisión. Ves a otras personas que salen de un reality y les auguras –y no te equivocas– una corta trayectoria. Pero Sofía es distinta. Tiene algo que engancha. Aunque el sábado no tuvo su mejor noche, para qué nos vamos a engañar. Estuvo poco certera y muy dubitativa. Lo mejor, durante las pausas, cuando su madre le aconsejaba que no se liara con “desgarramantas” y que estuviera con tíos a los que no les temblara el pulso a la hora de gastar.
Luego apareció Massiel y el programa cogió otro vuelo porque esta señora es una enciclopedia andante repleta de cordura y lucidez. Massiel aparece de vez en cuando en el programa sin ningún motivo y todos a la vez. Es un poco nuestro Pepito Grillo: remueve conciencias, se muestra crítica con nosotros y se encarga de recordarnos continuamente que hay que estar alerta para que a nuestro país no vuelvan las sombras ni los grises. Además, está muy guapa. Posee la belleza asentada de la placidez y del pasotismo existencial ilustrado.