Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Alejandra Rubio y Terelu Campos

Si Terelu se empeña en proteger a su hija como una madre coraje, ambas saldrán perjudicadas

Aterriza Massiel en el ‘Deluxe’ y viene mejor que nunca. Tras solucionar sus problemas oculares, ha recuperado visión y, además, ha dejado atrás sus problemas de rodilla. Así que está más ‘tanqueta de Leganitos’ que nunca. Guapa, rotunda, lúcida y excesiva. Me escriben mis amigos preguntándome qué se ha tomado y yo les respondo que vida. Porque no hay nada que coloque más que la sensación de estar vivo y el deseo de seguir estándolo. Me resultó curioso que hablara con tanto dolor de las imágenes en las que aparecía bailando con un mantón en la boda de Enrique Ponce y Paloma Cuevas. Recordó que durante ocho meses las estuvieron poniendo diariamente en ‘Qué me dices’ y que día tras día se sentaba frente al televisor para verse y flagelarse sin descanso. “Tenía 50 años y estaba muerta de la vergüenza. Se dejó de hablar de mi carrera. Tuvieron tanto impacto negativo que tuve que paralizar la salida de un disco”. Con los años, hemos aprendido a enfrentarnos a estas situaciones. Hay que plantarles cara con humor, aunque te cueste la vida y por dentro estés roto.

Eso es algo que todavía no ha aprendido Terelu y que, a estas alturas, no aprenderá jamás. Esa es su grandeza como personaje, porque la convierte en la sufridora protagonista de un culebrón perpetuo, el de su existencia. Pero llama la atención que, con los años que lleva en este negocio, se lleve unos sofocones tan absurdos. Ahora no tiene bastante con los suyos, sino que además se echa a las espaldas los de su hija. Mala cosa. Si la niña ha decidido participar en este maravilloso circo que es la televisión, va a tener que enfrentarse a las fieras ella solita. Y sufrirá zarpazos, rasguños y hasta revolcones. Si Terelu se empeña en proteger a su hija como una madre coraje, al final saldrán muy perjudicadas las dos y la relación entre madre e hija puede verse dañada si se empeñan en luchar a dúo. A todo esto, Carmen Borrego es la que más ha aprendido. Enciende la bomba, la explota, se refugia entre los cascotes y, luego, sale con la cara compungida diciendo que a ella la explosión le ha pillado de nuevas, que estaba haciendo un experimento con gaseosa y no sabe muy bien qué ha podido suceder. Soy fan de las Campos en bloque, en dúo, en trío y hasta en monodosis.