Paso un ratito con Mila y Kiko Hernándezfuera de la tele. Llevamos juntos diez años trabajando, y hemos pasado épocas de todos los colores. Los tres hemos odiado en algún momento nuestro trabajo, pero creo que ahora estamos en el mismo punto: el de la aceptación.
Si antes nuestras reuniones estaban presididas por la ansiedad, ahora reina la tranquilidad y la risa. Creo que Mila está en su mejor momento. Jamás la había visto tan serena, tan sensata, con las revoluciones en su justa medida. Antes iba por la vida tres pasos por delante de ella, y ahora va al compás. Creo que ‘GH VIP’ le ha cambiado para muy bien. Relativiza conflictos y habla del futuro con optimismo.
Y en cuanto a Kiko, es otro desde que es padre. Creo que ha encontrado su lugar en el mundo. Es un tío muy divertido, cariñoso y muy buen compañero. Cuando lo conocí, estaba lleno de miedos e inseguridades, pero todos estos años de ‘Sálvame’ le han servido para asentarse y eliminar un punto de amargura que yo creo que no le dejaba ser enteramente feliz.
Ese puntito al que me refiero lo ha transformado en una mala leche que me encanta y que realza un sentido del humor que particularmente me hace mucha gracia.
Me gusta hablar con Mila y Kiko porque ya no nos referimos al futuro con angustia. Cuando empezó ‘Sálvame’, estábamos deseando que fuera bien porque nuestro futuro profesional era ‘azuloscurocasinegro’. Creo que teníamos miedo. Ahora ya no. Ahora nos lo pasamos bien en el programa y entendemos que algún día se acabará y que a lo mejor terminaremos arrinconados en el olvido. Y estará bien porque es ley de vida. Es la ley de la televisión. Mientras tanto seguiremos disfrutando de esta racha serena.