La primera vez que di las uvas, con Belén Esteban, juré no volver a darlas nunca más. Demasiados ensayos, demasiadas horas muertas, demasiado frío incluso. Pero apareció la oportunidad de hacerlo con la Pantoja y no pude negarme, claro. Y también se repitió la misma historia: juré no volver a darlas en la vida. El juramento tiene mucho de cuento chino porque trabajar en televisión y tener la oportunidad de dar las uvas desde la Puerta del Sol es un privilegio. Un detalle importante en tu currículum. Pero creo que es tanta la responsabilidad que conlleva hacerlo que buscas cualquier excusa para escaquearte aunque cuando te lo ofrecen no puedes decir que no. El tópico binomio placer/dolor que tanto engancha.
Cuando las presenté con Belén su popularidad estaba en todo lo alto. Acababa de pasar por el quirófano para arreglarse la cara y estaba a punto de convertirse en ‘la princesa del pueblo’. Fue una excelente compañera –como siempre- y pese a la responsabilidad del tinglado no se amilanó en ningún momento. Me sorprendió más el nerviosismo que mostró justo antes de empezar la Pantoja, que en aquella época era para mí ‘Maribel’. La tenía que ir a recoger a la habitación en la que se había cambiado de ropa y de ahí acompañarla al balcón para que saludara a la gente que abarrotaba la Puerta del Sol. Y recuerdo que hizo el camino temblando. Por aquella época las investigaciones de la Operación Malaya ocupaban horas y horas de televisión y creo que ella pensaba que el público podía abuchearla. Pero eso no solo no sucedió sino que la plaza aplaudió con ganas.
Lo dije en su momento y lo vuelvo a decir ahora que ya no tenemos ninguna relación: Isabel Pantoja fue muy buena compañera y muy buena profesional. Nos lo pasamos muy bien los días que pasamos juntos. Cinco serán los colaboradores de ‘Sálvame’ que estarán este año en un balcón de la Puerta del Sol felicitando el año a los españoles. Los elegidos no lo saben pero están a punto de vivir una de las experiencias más bonitas de su vida. Tanto es así que si me lo volvieran a ofrecer diría que sí. Soy muy veleta.