"Concha Velasco se ha enfrentado a lo que le ha dado la gana y ha salido victoriosa”

El sábado por la mañana estaba yo remoloneando en la cama fisgoneando Instagram y me saltó una publicación de El Niño del Olvido en la que aparecía Concha Velasco espléndida en toda la extensión de la palabra interpretando su mítico ‘Mamá quiero ser artista’. En el post se la felicitaba por su 84 cumpleaños, celebrado el pasado miércoles. A las 10.19 recibo un whatsapp de Luis, director de esta revista: “Ha muerto Concha”. No hacía falta poner el apellido. Concha es La Velasco. Me resisto a escribirlo en pasado porque deja una huella indeleble en la memoria de todos los que la hemos disfrutado, ya sea en el cine, en el teatro o en la televisión.

Lo primero que se me viene a la cabeza al pensar en ella es su voz. Inconfundible. Grave, elegante, con muchísimo carácter. Su voz es una institución en sí misma. Y luego ya, pues todo. Porque Concha Velasco es una artista que se ha enfrentado a lo que le ha dado la gana y ha salido siempre victoriosa. 

Trabajadora incansable

Una de las cosas que más me llamaba la atención es su capacidad de trabajo. Lo comentaba muchas veces con las maquilladoras de Telecinco. Grababa programas desde bien temprano por la mañana y luego se iba al teatro a hacer su función. Eso se hace por dinero, claro, pero sobre todo por un profundísimo amor a tu profesión. Se nos ha ido La Velasco pero nos queda su legado. Ingente. Brillante. De indispensable visionado para todos aquellos que decidan dedicarse a la interpretación. Recuerdo su sonrisa y me emociono. Y recuerdo aquellas cartas que me enviaba a casa dándome las gracias siempre que publicaba una entrevista con ella. Y su letra, tan grande y generosa como su figura. La Velasco se ha ido y toca llorar su marcha. Su partida nos recuerda que los años pasan para todos al tiempo que logra conectarnos con ese niño que la descubrió en la televisión hace tantísimos años. Tuve ocasión de verla hace un mes pero no pensé que fuera a ser la última vez. Aunque bien mirado con ella no hay última vez. La Velasco, como todas las grandes, sigue con nosotros.