El domingo almuerzo con Mila, Cristina y P. Qué ganas tenía de ver a Mila y qué alegría verla tan bien. La encuentro tranquila, lúcida y sosegada. De su boca no sale ni una queja. Nos reímos con los últimos chismes de la tele y empezamos a hacer planes para el verano. Lo mejor es que la encuentro animada y con ganas de volver al trabajo.
La echamos mucho de menos. Es una pieza fundamental del programa y a mí me da mucha tristeza llegar y no verla porque, aparte de una colaboradora excepcional, es una de mis mejores amigas. Y en cualquier publicidad aprovechaba para contarle mis rollos y ella a mí los suyos. Nos entendemos con solo mirarnos y me río con ella como con muy poca gente. Estoy deseando que se recupere, que podamos viajar y que pasemos unos días en la playa brindando por la vida. Somos muchos los que la necesitamos.