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Querida Mila: esta mañana de sábado 26 de octubre me ha costado levantarme de la cama. Y eso que ayer a las 11 de la noche ya estaba durmiendo. Pero hasta las 10 no he sido capaz de ponerme en marcha. Ayer viernes me desperté con un dolor de cabeza terrible que me acompañó de manera intermitente durante todo el día. Ese fue el regalo que me dejó una gala tan intensa como extenuante, de las que a mí me gustan aunque luego me dejen un día agotado.
Después de la gala del jueves, he pensado que estaría bien escribirte una carta que pudieras leer cuando te toque abandonar el concurso. Una carta escrita con la tranquilidad que proporciona haber reposado una noche tan conflictiva emocionalmente como la que vivimos el jueves.