Pese a parecer una práctica cotidiana, sin apenas misterio, el cómo lavamos nuestro cabello y qué productos usamos para ello, puede determinar el estado y aspecto del mismo. El lavado no es solo una cuestión de higiene, “sino que constituye un momento clave para cuidar el cuero cabelludo, mantener el equilibrio del microbioma y preservar la salud capilar a largo plazo. Un mal lavado o un producto inadecuado puede generar alteraciones como irritación, descamación o caída”, asegura Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia.
Es, precisamente por ello, por lo que debemos atender muy bien al cómo, pero también al cuándo y, sobre todo, al con qué eliminamos la suciedad de nuestro cuero cabelludo. Y es que, si como nos explicaba días atrás, la propia Belén Acero, “lo ideal es alternar, lavar el pelo más en profundidad con un champú con sulfatos con uno más suave, sin sulfatos”; también será importante conocer cómo trabajar con el resto de productos complementarios al lavado, como por ejemplo los acondicionadores.
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Estos últimos se han convertido, de hecho, en los nuevos ‘todoterrenos’ capilares, siendo los mejores compañeros del lavado y un paso imprescindible en la mejora de la hidratación, pero también reparación de la fibra capilar. Como nos cuenta Isabel Santos, farmacéutica y directora de Marketing y marca propia de Hefame (interapothek), “el acondicionador se encarga de restaurar la hidratación, suavidad y manejabilidad del cabello tras el lavado.”
Por norma, el champú tiende a abrir la cutícula capilar para una limpieza profunda, y la función del acondicionador “es cerrar esa cutícula, facilitando el desenredado, aportando brillo y protegiendo la fibra capilar de agresiones externas como el calor, la contaminación o el cepillado”, añade Santos. Pero su potencial no acaba aquí, ya que, como han remarcado los especialistas en cabello, el acondicionador es uno de los tratamientos más completos en lo que refiere a cuidado.
Te contamos todo sobre él, sobre sus ventajas, sobre cómo y cuándo utilizarlo en la rutina de lavado y qué tipos existen según tu tipo de cabello.
Todos los beneficios de incorporar acondicionador a tu rutina de lavado
El acondicionador es un paso indisoluble en la rutina de higiene y cuidado de cualquier cabello, “con una función muy clara: suavizar la fibra capilar tras el lavado y facilitar el peinado del cabello, para evitar tirones y roturas”, nos explica Mar Santamaria, farmacéutica experta de PromoFarma by DocMorris. Pero, de un tiempo para acá, además de proliferar en formatos, también se han ampliado las aptitudes del acondicionador clásico, actuando además en otros muchos campos del cuidado capilar.
Salena Sainz, farmacéutica con especialidad en dermatología y creadora de Annue Body Elixir remarca el carácter polivalente de los acondicionadores, estableciendo cinco grandes beneficios por los que sí debes introducir este cosmético en tu rutina de lavado:
- Hidrata y nutre el cabello. Este tipo de productos reponen la humedad que el champú puede eliminar, especialmente en cabellos secos o dañados.
- Suavizan. Como adelantamos, es una de las funciones primarias, alisando la cutícula del cabello y dejándolo, por consiguiente, más suave al tacto y con un aspecto más saludable.
- Desenredan. Convertido en uno de los atributos indispensables para cabello gruesos o con texturas complejas como el pelo rizado, los acondicionadores facilitan (y mucho) el peinado del cabello, reduciendo, en paralelo, la rotura y la caída por tracción.
- Dan brillo. Al cerrar la cutícula, este tipo de productos consiguen que el cabello refleje mejor la luz, luciendo más brillante y vigorizante.
- Protegen la cutícula. Aunque muchos lo desconozcan, los acondicionadores modernos también crean una capa protectora que ayuda a reducir el daño por calor, sol, contaminación y herramientas de estilizado; ofreciendo una cobertura 360 difícil de igualar.
Cómo y cuándo usar el acondicionador en la rutina de lavado
Independientemente del tipo de cabello que tengamos (sea más seco, dañado, teñido o con tendencia a engrasarse, entre otras casuísticas), el acondicionador es un producto recomendadísimo -por no decir indispensable- en el lavado periódico del cabello, estableciéndose siempre tras la aplicación y aclarado del champú.
¿La razón? “El lavado puede alterar el pH natural del cuero cabelludo y del cabello y el acondicionador actúa compensando estos efectos: cierra la cutícula y restaura el pH fisiológico, protegiendo tanto el cuero cabelludo como el cabello frente a agresiones externas”, aclara la farmacéutica Isabel Santos.
Mientras en lo referido a cómo aplicarlo, lo idóneo será esparcir el producto de medios a puntas cuando el cabello esté completamente aclarado del champú, “tratando de desenredar con los dedos o con un peine de dientes anchos”, nos explica la Doctora Carolina Beltrá, de la Unidad de Tricología de ENEA Clínica, quien añade que “lo dejaremos actuar de 2 a 5 minutos y, posteriormente, enjuagaremos con agua templada o fría para sellar correctamente la cutícula.”
¿Puedo usar acondicionador en cada lavado? Los expertos responden
Al igual que ocurre con el propio lavado, “la frecuencia ideal para usar acondicionador depende de tu tipo de cabello, cómo lo lavas y qué tan tratado o dañado esté”, nos explica la farmacéutica Salena Sainz.
En general, se puede usar cada vez que se lava el cabello, “especialmente si este es rizado, está seco, dañado o presenta cierta largura, ya que estos suelen demandar de productor para facilitar el desenredado del cabello”, explica la también farmacéutica Isabel Santos, aclarando que, en cabellos grasos o muy finos, “se puede espaciar su uso o aplicar solo en momentos puntuales, utilizando fórmulas ligeras y específicas.”
Del co-wash al acondicionador sin aclarado: qué acondicionador es mejor para tu tipo de cabello
Seguro que, si eres asidua a contenidos de belleza, habrás oído en alguna ocasión hablar de conceptos como ‘leave-in’ o ‘co-wash’ sin saber que estos forman parte de la extensa familia de los acondicionadores. El motivo de esta variedad es tan simple como que, cada uno de ellos, se establece para cada tipo de cabello, porque ni todos los acondicionadores son para todos los cabellos, ni estos tienen siempre las mismas necesidades que cubrir.
“No, no todos los acondicionadores son iguales ni sirven para todos los cabellos. Cada tipo de cabello tiene unas necesidades específicas”, defiende la directora de marca propia de Hefame, Isabel Santos. Esta, además, afirma que “utilizar un acondicionador inadecuado puede generar efectos no deseados, como apelmazar el cabello o no ofrecer la hidratación suficiente. Por eso es clave elegir un producto adaptado a nuestro tipo de cabello y al resultado que deseamos conseguir.”
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Pero, ¿qué tipos de acondicionadores existen y cuál es mejor para cada tipo de cabello? La farmacéutica María Jose Tous, fundadora de KOSEI, distingue entre cuatro formatos de acondicionador diferenciados, según nuestras necesidades:
- Acondicionadores convencionales o de aclarado. Estos, generalmente, se aplican tras el champú y se enjuagan. Son los más comunes para suavizar el cabello y pueden responder a un mayor volumen de cabellos.
- Leave-in (sin aclarado). Estos aportan un efecto acondicionador más ligero, siendo ideales para rizos o cabellos finos que requieren productos ligeros, pero que ayuden a mejorar el estado.
- Co-wash (acondicionadores limpiadores). Utilizados como alternativa al champú en cabellos gruesos, ásperos, secos o rizados, sería un lavado sin champú, utilizando únicamente acondicionador para limpiar el cabello. “Personalmente, este método no me parece adecuado para la limpieza del cuero cabelludo, el acondicionador contiene sustancias grasas que dejarían residuos generando una limpieza insuficiente, además de aportar un exceso de productos en el cuero cabelludo”, defiende Tous.
- Acondicionadores bifásicos. Pese a ser menos conocidos, estos suelen usarse en formato spray, con una fase oleosa y una acuosa que debe agitarse antes de su uso, actuando como desenredantes del cabello sin apelmazar.
Además, si tras la aplicación de alguno de estos, vamos a realizar un uso intensivo de calor (plancha, secador de pelo), la farmacéutica Mar Santamaria recomienda añadir, como último paso de la rutina capilar, un protector térmico, “para proteger el cabello del daño por calor”.