Los excesos del verano son maravillosos, pero también causan estragos en nuestro pelo, pudiendo desembocar en un aumento de la caída del cabello. El sol, el cloro, el salitre, la brisa del mar… son maravillosos, pero hay que adoptar precauciones para que nuestra melena salga bien parada y llegue en perfectas condiciones al otoño. Por eso, hemos hablado con la peluquera Noelia Jiménez, propietaria del salón que lleva su nombre, para compartir contigo los mejores consejos de experta para evitar la caída de pelo en verano y poder lucir pelazo en otoño.
10 tios sobre cómo evitar la caída de pelo en verano
- Ve pidiendo cita a tu peluquero de confianza. Este consejo puede parecer un reclamo para que el cliente pida cita en el salón, pero no lo es. Es necesario hacer un diagnóstico que confirme si realmente nos encontramos ante una caída provocada por los excesos propio del verano o por factores más complejos. A la vuelta de las vacaciones, no está de más hacerse un tratamiento reparador y que tu experto de cabecera examine las causas de esa caída y te ofrezca las pautas y recomendaciones necesarias. De esta forma tu melena estará bonita y lista para afrontar la llegada de la nueva estación.
- Protege tu pelo y tu cuero cabelludo. A estas alturas, esta recomendación ya debería haberse grabado a sangre. Al igual que ocurre con la piel, una exposición prolongada al sol puede hacer que el pelo se estropee, deshidratándose, volviéndose más débil y quebradizo, perdiendo color… Lo mismo ocurre con el cuero cabelludo, que puede resecarse e irritarse. Aplícate productos capilares específicos para el sol y lleva siempre a mano un sombrero, una gorra o un pañuelo. Es un gesto sencillo que puede ahorrarte muchos disgustos. Truco: antes de ir a la playa o a la piscina, aplícate un acondicionador o una mascarilla de medios a puntas y, sin aclararlo, recógete el cabello en un moño o coleta. Tu pelo estará más suave y evitarás que se enrede.
- Dúchate antes y después de bañarte en la piscina o en el mar. No se trata únicamente de una cuestión de higiene, que también, sino que también tiene otra explicación. El cabello es poroso y absorbe agua, por lo que si te metes en el agua con el cabello seco, se impregnará de gran cantidad de sal o de cloro. Si te das el chapuzón con el pelo mojado, su poder de penetración será bastante inferior. También conviene enjuagarse el pelo tras el chapuzón para retirar los restos de sal o de cloro que se hayan depositado.
- Aclara el pelo con agua fría. Seguro que cuando vas a tu salón, tu peluquero de confianza suele preguntarte si quieres que termine el lavado con un chorro de agua fría. Este pequeño gesto es muy beneficioso para el cabello y para el cuero cabelludo. Mejora la circulación sanguínea, ayuda a eliminar residuos del día y aporta un extra de brillo a la melena.
- Hidrata tu cabello. No descuides este punto. Si tu melena está bien hidratada, estará mucho más preparada para afrontar con más fuerza todas las agresiones externas a las que se va a ver expuesta durante el verano. Pide consejo a tu peluquero para saber qué productos son los más adecuados para tu tipo de cabello.
- Cuida la dieta. Ojo con pasarte de la raya. Está claro que el verano está para permitirse ciertas licencias, pero si las comidas copiosas y el exceso de alcohol y de dulces se convierte en algo diario, tu pelo puede notarlo. Llevar una dieta completa y saludable no sólo es bueno para tu organismo, sino también para tu piel y tu pelo. Si comes de forma equilibrada e incluyes alimentos cargados de vitaminas y propiedades tu cabello también estará ‘bien alimentado” y notarás que tiene más grosor, brillo y textura. Si, por el contrario, no te hidratas ni te alimentas bien, es posible que se debilite y se encrespe más de lo habitual.
- Mantener el cabello limpio. Hay gente que cree que lavarse el cabello con mucha frecuencia es perjudicial y prefiere espaciarlos, aunque esto les suponga llevar el pelo más graso o sucio. Se trata de un gran error. Hay que escuchar al pelo y lavarlo cada vez que lo pida, eso sí, es importante hacerlo con productos adecuados. Llevar el pelo sucio o graso puede ser contraproducente, ya que el cabello no respira y podemos hacer que pierda grosor y termine muriendo. La frecuencia del lavado (en primavera o en cualquier otro momento del año) va en función de las necesidades específicas de cada cabello y si se utilizan los productos adecuados el pelo se mantiene perfecto.
- Recurrir a productos adecuados. Parece obvio, pero no todo el mundo lo hace. No te conformes con los productos convencionales que venden en cualquier supermercado. Lo ideal es que pidas consejo a tu profesional de cabecera y te recomiende justo lo que necesites en cada momento. Recuerda siempre que las necesidades de tu pelo van variando en función de la época del año, tus hormonas, tu estado de ánimo, tus niveles de estrés… y hay que darle justo lo que necesita. Por otra parte, si aprecias que el pelo se te cae más de lo habitual, recurre a un champú energético y revitalizando indicado para combatir la caída.
- Tener cuidado con las herramientas de calor. Es cierto que en esta época del año se suele recurrir menos a secadores o planchas. Las vacaciones nos ayudan a darles descanso y dejar que el pelo se seque al aire. Sin embargo, esto puede hacer que cuando recurrimos a ellas, al hacerlo de forma puntual, obviemos el uso de protectores térmicos. Este es un error que puede pasarle factura a tu melena.
- Masajear el cuero cabelludo. Acostúmbrate a masajear tu cuero cabelludo cuando te laves el pelo. Además de que resulta muy placentero, conseguirás que el producto que estés aplicando penetre mejor y activarás la circulación de la zona. Un simple masaje puede retrasar la caída del cabello, favorecer el crecimiento del pelo y aportarle un aspecto más bonito y brillante.