Dra. Iris González Villanueva, dermatóloga de Enea Clínica: "No es recomendable aplicar la crema de noche antes de acostarnos..."

La noche es mucho más que un momento de descanso para nuestro cuerpo: es el escenario perfecto para que la piel se regenere y repare los daños sufridos durante el día. Así lo afirma la Dra. Iris González Villanueva, dermatóloga de Enea Clínica, quien nos recuerda que nuestra piel, ese órgano sensorial que nos protege y nos conecta con el mundo, tiene un ritmo propio, marcado por ciclos biológicos que hacen de la noche un aliado insustituible. Sin embargo, aprovechar al máximo este proceso requiere entender cómo funciona nuestra piel en estas horas de descanso y adaptarla a nuestra rutina para poder potenciarla y hacer que se vea mucho más sana, luminosa y saludable.

En esta entrevista, la doctora nos desvela los secretos para cuidar la piel mientras dormimos: desde la importancia de aplicar los productos a tiempo y con los activos adecuados, hasta el papel fundamental de una limpieza facial previa para maximizar la absorción.

También descubriremos por qué ingredientes –como el retinol o los alfahidroxiácidos–, son esenciales para mujeres de todas las edades, y cómo pequeñas modificaciones en nuestra rutina pueden marcar una gran diferencia en cómo nos vemos frente al espejo.

¿Es importante tener una rutina diaria que cuide nuestra piel?

Absolutamente. La piel es el órgano más grande del cuerpo, y cumple múltiples funciones: es una barrera física, regula nuestra temperatura corporal, nos protege de microorganismos, impide la pérdida de agua y nos permite percibir información del medio, ya que es un órgano sensorial. Pero además, es nuestra carta de presentación en muchas ocasiones. Por todo ello debemos cuidarla a diario, y atender sus necesidades.

Se habla mucho de los ritmos circadianos, pero ¿qué impacto tienen en la piel?

La piel, como todos los órganos del cuerpo,  tiene un ritmo biológicamente programado de 24 horas o ritmo circadiano, que puede afectar a su sensibilidad. Este ritmo está marcado por las variaciones de distintas hormonas que se producen a lo largo del día. Por ejemplo, por la noche, los bajos niveles de cortisol (una hormona antiinflamatoria), combinados con un aumento de la histamina, una molécula implicada en el picor, pueden aumentar la sensibilidad de la piel en los pacientes con enfermedades inflamatorias cutáneas. 

Entonces, ¿cuál es el propósito principal de usar productos específicos para la noche?

El propósito fundamental es adecuarnos a las necesidades que la piel tiene en los distintos momentos del día. 

Muchas personas aplican la crema de noche justo antes de acostarse... ¿Por qué no es recomendable y cuál sería el momento ideal para aplicarla?

Es sencillo, porque si la aplicamos justo antes de acostarnos, puede que parte del producto se pierda al transferirse a las sábanas de la almohada. 

¡Qué horror! ¿Cómo podemos evitarlo?

Debemos aplicarlos un ratito antes de irnos a dormir, para que así los activos puedan penetrar al 100% en la piel, y realizar su función de forma correcta. Otro de los consejos que siempre doy a mis pacientes es aplicar los productos tras una adecuada limpieza facial, que nos ayude a eliminar los restos de maquillaje, protector solar, contaminación ambiental… que se han ido acumulando en nuestra piel a lo largo del día.

¿Cómo funciona la piel durante la noche y en qué se diferencia de su actividad durante el día? 

Por la noche aumenta la oxigenación de los tejidos y es el momento en el que se producen los fenómenos metabólicos de reparación celular. En el caso de la piel, estos procesos ocurren por la elevación de los niveles de melatonina y hormona del crecimiento, que aceleran la regeneración de la piel y la producción de enzimas antioxidantes.

Además, la noche es el momento de máxima permeabilidad de la piel, al estar más limpia, por lo que los tratamientos que utilicemos van a absorberse mejor y ser más eficaces. 

¿Qué papel juega la regeneración celular en el cuidado nocturno y cómo podemos potenciarla con los productos adecuados?

La regeneración celular es uno de los procesos que se acentúan por la noche en nuestra piel, y eso hace que sea un momento perfecto para favorecerlos o estimularlos con los activos adecuados. Los activos que los dermatólogos llamamos “transformadores” son los grandes aliados en la rutina dermocosmética nocturna.

¿Y cuáles son?

Con ese término nos referimos al retinol, los alfahidroxiácidos, los activos despigmentantes potentes o los factores de crecimiento. 

¿Es importante ajustar nuestra rutina y productos según la estación del año o el estado de la piel?

Es fundamental ajustarla porque los cambios del clima, la exposición más intensa al Sol, etc.. van a condicionar una serie de necesidades en nuestra piel. En invierno el ambiente más frío puede generar sequedad cutánea y aparición de eczemas, y esto dificulta el uso de retinol a altas concentraciones, por ejemplo. 

Sabemos que la limpieza de la piel es importante, pero ¿cuánto?

Muchísimo. Es indispensable realizar una adecuada limpieza facial por la noche, que asegure que eliminamos cualquier resto de maquillaje, fotoprotección, polución… de nuestra piel; y así asegurar una adecuada penetración de los activos que apliquemos en nuestra rutina dermocosmética. 

¿Qué consejos daría para establecer una rutina efectiva pero sencilla?

Lo principal: respetar la limpieza facial como paso previo a aplicar cualquier activo. Y en segundo lugar utilizar activos transformadores como el retinol, que ayuden al proceso de regeneración celular que ocurre fisiológicamente en nuestra piel por las noches; y dejar los antioxidantes y la fotoprotección para las mañanas.

¿Cuáles son los errores más comunes que comete la gente en su rutina de cuidado nocturno?

Los principales errores son no desmaquillarse, no realizar una higiene facial adecuada. También aplicar los activos justo antes de irse a dormir y por último utilizar principios activos equivocados. 

Para quienes están empezando, ¿cuál sería el paso más esencial para incluir en su rutina nocturna?

Quizá acostumbrarse a realizar una higiene adecuada sería mi primer consejo; y en segundo lugar aplicar un serum de alfahidroxiácidos; ya que normalmente se toleran bien y generan efecto sobre la textura de forma rápida. También que no se agobien con mil pasos. A veces, es mejor una rutina sencilla que una más compleja.