La Vitamina C es la reina de la belleza en lo que refiere a luminosidad y despigmentación y no hay hecho ni ingrediente que pueda negarlo. Este principio activo que, además, forma parte de nuestro propio organismo como un nutriente especial, desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud, en general, así como de la piel en particular. ¿El motivo? Este ingrediente presume de una acción antioxidante única, capaz de combatir infinidad de problemas dérmicos como puede ser la hiperpigmentación, la opacidad de la piel o la falta de hidratación de la misma, entre muchos otros. 

Además, se trata de uno de los activos número uno en la lucha contra el envejecimiento, combatiendo desde dentro la exposición negativa que los radicales libres o, lo que viene a ser lo mismo, frena todos aquellos daños externos que pueden motivar una degradación de la piel.

Vamos, que la Vitamina C, bien sea en sérum, en crema o cualquier otro formato de cuidado, debe estar siempre entre tus indispensables de la rutina diaria, consiguiendo no solo mantener en perfecto estado tu piel, sino prolongar en el tiempo cualquier problemática relacionada con el envejecimiento. No obstante, pese a todas sus bondades y como ocurre habitualmente con principios de dicha envergadura, no conseguiremos los efectos deseados si esta no se trabaja adecuadamente. 

Para resolver cualquier duda relacionada con el uso de la Vitamina C, su rendimiento o sus resultados, desde Lecturas hemos contactado con varios expertos y nos han dictado un manual de ‘buenas prácticas’ con la que sí o sí utilizaremos correctamente este activo antioxidante en la rutina diaria. Además, si una vez aprendidos todos los puntos quieres ponerlos en práctica, también te dejamos una lista de diez tratamientos con Vitamina C, súper interesantes y facilísimos de usar, para que pruebes todas las bondades que esta vitamina tiene para ofrecer.

¿Qué es la Vitamina C y por qué debo usarla en mi rutina diaria?

Ahora bien, antes de introducirnos en este manual de buenas prácticas o probar la efectividad de este activo antioxidante a través de un tratamiento concreto, debemos explicar el porqué la Vitamina C es hoy el activo por excelencia en materia de luminosidad, así como uno de los esenciales a partir de los 50 años para mantener una piel sana, bonita y jovial.

En palabras de Belén Acero, farmacéutica especialista en dermofarmacia y Titular de Farmacia Avenida América, “la vitamina C, también conocida, en su forma más pura, como ácido ascórbico, se usa en el cuidado de la piel por sus potentes propiedades antioxidantes, antienvejecimiento y despigmentantes. Se trata de una vitamina hidrosoluble que ayuda a la reparación de tejidos de cualquier parte del cuerpo, participando en la formación de colágeno, subsanando huesos, dientes, etc. También ayuda a mejorar resfriados comunes y subir las defensas a nivel inmunológico y funciona como antioxidante, contribuyendo a prevenir y curar los daños que provocan los radicales libres.”

Vitamina C
Gtresonline

Aunque, si por algo destaca la Vitamina C a nivel estético, es por su efectividad para estimular la producción de colágeno, “una proteína clave para mantener la firmeza y elasticidad de la piel, cuya producción disminuye con la edad. También es efectiva para reducir las manchas oscuras y mejorar el tono apagado, lo que resulta en una piel más luminosa y uniforme, algo que muchas mujeres buscan al llegar a la menopausia” añade Acero.

Trucos de experto para usar correctamente la Vitamina C

Como vemos (y sabemos) la vitamina C es, sin lugar a dudas, uno de los ingredientes estrellas en el cuidado de la piel debido a sus potentes propiedades antioxidantes y su capacidad para mejorar la luminosidad, las manchas y la textura de la piel. Sin embargo, como nos explica Lourdes Moreno, experta dermocosmética de Laluz, “hay errores comunes que las personas cometen al aplicarse productos con vitamina C, así como una importante brecha de desinformación, que puede reducir su eficacia o causar irritación.”

Para resolver esta ‘mala praxis’ y conseguir optimizar la rutina con Vitamina C, tengamos 20, 30 o más de 50 años, desde Lecturas hemos preguntado a varios expertos en materia dermocosmética sobre cuáles son las recomendaciones a seguir para usar correctamente este ingrediente antioxidante. Estas han sido varias de sus aportaciones:

  • Elige la concentración adecuada. Para principiantes o pieles sensibles, “empieza con concentraciones bajas y aumenta gradualmente según la tolerancia de tu piel para evitar irritaciones”, recomienda Gema Cabañero, fundadora y directora de la Clínica Antiaging Gema Cabañero.
  • Aplicar preferiblemente por la mañana. Aunque puedes usar vitamina C también durante la rutina de noche, es ideal aplicarla por la mañana, ya que, como afirma Cabañero, “actúa como antioxidante, protegiendo la piel de los radicales libres y el daño ambiental durante el día​. Además, es importante ser constante, para ver mejoras en la luminosidad y el tono de la piel.”
  • Nunca olvides la protección solar tras usar Vitamina C. Uno de los errores más frecuentes es no aplicar protector solar después de usar vitamina C, ya que se cree que esta actúa como protección directa contra los radicales. Sin embargo, como explica Lourdes Moreno, experta dermocosmética de Laluz by Lourdes Moreno, “aunque la vitamina C ofrece cierta protección antioxidante contra el daño solar, no puede reemplazar al protector solar. Es esencial aplicar un protector solar de amplio espectro después del sérum de vitamina C, especialmente por la mañana, para proteger la piel completamente de los rayos UV.”
  • La limpieza es esencial para obtener resultados. Aplicar vitamina C sobre la piel que no está completamente limpia puede disminuir su absorción y eficacia, desembocando en que sus resultados se prolonguen en el tiempo o, incluso, no sean demostrables. “La piel debe estar libre de maquillaje, suciedad y aceites antes de aplicar cualquier producto con vitamina C. Recomiendo una limpieza adecuada antes de la aplicación para asegurar que los activos penetren eficazmente” defiende Moreno.
  • Cuidado con su fotosensibilidad. Aunque es poco conocido, la vitamina C es un compuesto inestable que puede oxidarse rápidamente si no se almacena adecuadamente. Por ello, “es crucial guardar los productos en un lugar fresco y oscuro, preferiblemente en envases opacos y herméticos para protegerlos del aire y la luz. Esto ayudará a mantener la eficacia del producto por más tiempo”, añade la  experta dermocosmética de Laluz.
  • Analiza cada ingrediente de tu rutina diaria. Es muy común (sobre todo entre principiantes) combinar activos cosméticos en diferentes formatos sin saber, realmente, si su sinergia puede promover acciones positivas o si, por el contrario, puede llegar a generar una sobre exfoliación o degradación de cada activo. En el caso de la Vitamina C, lo ideal será combinarlo “con ingredientes como ácido hialurónico para aumentar la hidratación y con niacinamida para calmar la piel. Así como no es compatible con ingredientes como el retinol o los ácidos exfoliantes en la misma rutina, ya que pueden irritar la piel. Si quieres usarlos, aplícalos en diferentes momentos del día o en días alternos” señala la directora de la Clínica Gema Cabañero.
  • Ten en cuenta siempre tu tipo de piel. No ajustar la rutina de cuidado al tipo de piel es un error común que muchas personas olvidan al aventurarse por productos populares. Como nos explica Lourdes Moreno, “las personas con piel seca pueden necesitar una formulación más hidratante, mientras que las personas con piel grasa pueden preferir un sérum ligero. Adaptar la rutina y los productos a tu tipo de piel puede mejorar los resultados y reducir la posibilidad de irritación”.

Diez cremas y sérums con Vitamina C para principiantes

Y si, más allá de la teoría, eres de las que prefiere introducirse en el universo de la Vitamina C y poner en práctica todas estas recomendaciones de experto, desde la redacción de Lecturas queremos ayudarte. Para ello, recogemos 10 productos de cuidado con Vitamina C, diferenciados en cinco cremas y cinco sérums, para que escojas la textura, enfoque y fórmula que mejor se adapte a ti, sin (eso sí) perder la efectividad que este principio antioxidante brinda a la piel.