No cabe duda de que Silvia Bronchalo (49 años) está pasando por uno de los peores momentos de su vida, ver a tu hijo en prisión es algo duro y más si es en Tailandia y acusado de la muerte y descuartizamiento de un supuesto amigo suyo. Han pasado seis meses desde que tuvieron lugar los hechos y desde entonces tanto ella, como Rodolfo Sancho, los padres de Daniel Sancho, están transitando unos días, y meses, de auténtico infierno. Una situación de por sí difícil que ahora se ha agravado con una guerra entre los dos progenitores en la que ninguno ha dedicado al otro palabras ni acusaciones bonitas.
La semana pasada se hacía público que Silvia Bronchalo había acudido a una comisaría del norte de Madrid para poner una denuncia contra el actor Rodolfo Sancho por supuestos insultos y vejaciones. La reacción de él no se hizo esperar, y al día siguiente daba respuesta a golpe de comunicado, en el que asegura que tomará también acciones legales porque dice que los hechos de los que se le acusan son rotundamente falsos y que deberán demostrarse. Por ahora, nadie sabe quién de los dos dice la verdad, pues la relación que ellos mantienen solo la conocen ellos y sus más íntimos, pero dado lo acontecido es evidente que el mal rollo se ha instalado entre ambos y que viene de lejos.
De hecho, solo en una ocasión desde que todo ocurrió hemos visto a los que un día fuera pareja juntos, fue en Tailandia, en el mes de noviembre, cuando ambos acudieron al juzgado para apoyar a su hijo que tenía una vista para declarar ante el juez. Pero más allá de eso, nada. Está claro que las circunstancias no van a unirles o que incluso su diferente manera de afrontar el problema podría haberles distanciado más.
Por el momento, parece que, aunque Silvia ha pasado más tiempo al lado de su hijo, y fue la primera en viajar para estar con él, el peso de la defensa lo lleva Rodolfo, o al menos de sus palabras y las de los abogados españoles que están trabajando en el caso, que son un equipo formado por Marcos García Montes, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, se deduce que es el actor quién los ha contratado y por tanto quién sufraga sus gastos.
Rodolfo es actor, y viene de una familia que también lo son, lo que en contra de lo que pueda parecer no es sinónimo de ser millonario. Como patrimonio cuenta con una casa en Fuerteventura a medias con su mujer, la también actriz Xenia Tostado, que es en la que viven con su hija, y una empresa, una productora de tan reciente creación que todavía ni siquiera pueden consultarse cuentas. De manera que dejando de lado los beneficios que pueda tener de sus trabajos, porque lleva años en activo empalmando un proyecto tras otro, cuenta con unos activos más bien modestos.
Silvia durante un tiempo trabajó en el sector de los seguros, pero se desconoce a qué ha dedicado su vida los últimos años. Si hemos podido comprobar que no cuenta con empresa alguna a su nombre, ni tiene patrimonio inmobiliario en suelo español, pero quizá cuente con un buen sueldo por su trabajo, pues ha podido costearse ya varios viajes, y sus largas estancias, a Tailandia lo que no es ni mucho menos barato.
Las circunstancias son muy adversas para el matrimonio, la tensión se palpa en el ambiente y la preocupación porque se pueda condenar a pena de muerte a su hijo, desde luego que no va a ayudar a que las cosas se relajen. Y si a eso le sumamos la sangría económica que supone para ambos todo lo sucedido, pues además de vuelos, hoteles, dietas y abogados, tienen que ayudar a Daniel para que dentro de la cárcel pueda hacer algunas comprar y vivir lo mejor posible dentro de las circunstancias. Sin duda, están pasando por el peor momento de sus vidas, y por ahora no parece que a corto plazo las cosas vayan a mejorar.