Guapa, alta, talentosa, simpática y con éxito. Así vemos a Vanessa Romero desde hace años en televisión y ahora también en sus redes sociales. Sin embargo, como muchos otros famosos, la actriz ha revelado que su vida no siempre fue fácil y que pasó por una larga etapa en la que la felicidad no estaba presente en su día a día. Y es que la alicantina ha confesado que sufrió bullying siendo una niña, una horrible experiencia que la marcó durante muchos años pero que, por fin, ha dejado atrás.
Ha sido en el programa de Emma García, 'Viva la vida', donde la actriz y ahora también directora ha ido a presentar su primera obra de teatro como tal, 'En el baño'. Un proyecto que comparte con otras cinco mujeres, lleno de risas y reflexiones. Y es que Romero pasa por una etapa muy feliz, recién entrada en los 40 después de superar, como ella misma dice, 'la crisis de los 39'. "Empecé a plantearme quién era, qué quería hacer en la vida, fue horrible, pero ya lo he pasado", confesaba sonriendo.
Sin embargo, esa no ha sido su peor experiencia vital. Pese a que podría parecer que una persona como ella podría tener todas las facilidades del mundo, confiesa que no fue feliz durante muchísimos años. "Desde pequeña lo tenía todo para ser feliz: unos padres que me querían, estudiosa, hacia atletismo, económicamente respaldada... pero no era feliz y todo estaba en mi cabeza", se abría Vanessa.
Y es que el origen de todos sus temores era una profunda falta de autoestima que el acoso escolar agrandó increíblemente. "Sufrí acoso escolar en quinto de EGB (con apenas diez años), pero me cambiaron de colegio y me volvió a pasar lo mismo. Hay un momento en el que te preguntas por qué me pasa esto, por qué me quieren pegar, por qué soy yo la rara... no lo entiendes", explicaba la actriz e influencer. Una horrible experiencia que no habría superado sin la ayuda incondicional de su familia. "En todo momento me apoyé en mi familia y me expresé. Con los años colocas las cosas en su sitio y piensas que, a lo mejor, el hecho de destacar en algo, no sé, el ser más estudiosa o tener los ojos muy claros, incomoda a los demás".
Aquella etapa minó su autoestima y, pese a dejar la niñez atrás, no se deshizo de aquellos miedos y pensamientos tóxicos. "Miedo a no gustar, a no ser lo suficientemente válida, mis complejos, mi baja autoestima... pero hay que trabajarlo a diario", se confesaba. "Tuve una adolescencia complicada, los 20 tampoco fueron muy allá... Para mí, a partir de los 30 empecé a encontrarme. Hice una introspección y pensé 'esto no puede ser la vida'. Me di cuenta de que me enfocaba en pensamientos negativos sobre los que crees que tú eres eso, pero no, también los hay positivos", sentenciaba la actriz.
Unas reflexiones que plasmó en su libro 'Reflexiones de una rubia', con el que ha ayudado a niños y familias que pasan por ello hoy día y que, además, tiene un valor enorme para ella. "Lo conté todo en mi libro porque sentí que podía ayudar a mucha gente y es cierto que muchas madres me dieron las gracias. El estar en esta posición de ser conocida también sirve para eso: enseñar que has seguido adelante y has cumplido con tus sueños. ¡Y mira donde estoy ahora!".