1.895 euros. Este es el dinero que Andrea Janeiro Esteban ha pagado para conocer a Justin Bieber en su próximo concierto en Madrid. Una entrada de lo más VIP, que le garantiza una entrada al backstage donde conocerá al artista y charlará con él. ¿Hay algo de malo en ello? Pues todo Twitter cree que sí.
Andrea es una joven responsable, con 16 años y enamorada desde que es una niña del ídolo canadiense. Es la más ‘beliber’ de todas y su perfil de Twitter recuerda aquella mágica vez que él y ella dijeron a la vez ‘te amo’ cuando Pablo Motos preguntó al arista qué sabía decir en español. Lo ADORA, ¿comprendéis la magnitud de lo que estamos hablando? Pero resulta que este fanatismo que procesa, que para nosotros es una barbaridad, para las demás fans es poca cosa y creen que solo tiene estos privilegios por ser hija de quién es. Y por eso la atacan. Y lo hacen mucho. Sobre todo en Twitter, donde el anonimato manda y es mucho más fácil insultar a la gente y quedar por ello impune.
Muchos aseguran que no merece acudir al concierto y tener la suerte de conocer a Justin. Claro que se lo merece. Se lo merece como todas las fans que lloran por él, que forran sus habitaciones con sus póster y les dedican los fondos de pantallas de sus smartphones. Lo único, es que ella tiene acceso a algunas ventajas, que otras no tienen. ¿Hay que humillarla por ello? La adolescente no lo comprende. Tan solo quiere hacer realidad su sueño, sin pisar a nadie; "os deseo que cumpláis vuestro sueño, pero eso no se consigue aplastando a los demás", les dice a todos los ‘haters’ que se han cebado con ella los últimos días.
Cómo será la cosa, que hasta se vio obligada a escribir un pequeño texto pidiendo que todos los que la atacan se pongan por un momento en su lugar y recapaciten, y que después borró en el que se podía leer: "No sé cómo pedir disculpas por la vida que me ha tocado (...) No os voy a decir lo malo de llevar mi vida porque creo que es algo totalmente indiferente en ese asunto, pero me gustaría que por un minuto os pusierais en mi lugar (...) No sé si se nace con suerte o es algo que toca al azar, solo sé que no es mi culpa".
También los hay que no comprenden la cantidad de dinero que ha pagado por un concierto. Bueno, este precio lo cobran muchos cantantes por el llamado ‘meet and greed’, que permite a los fans estar cerca de sus ídolos. Con la crisis de la música, muchos artistas han visto en los conciertos la manera de seguir viviendo de su pasión, y esto es solo una entrada con una serie de beneficios extra. Nadie es quién para criticar en qué se gasta el vecino el dinero, y mucho menos una menor. Da la casualidad que esa menor se apellida Esteban, y eso la convierte en un blanco fácil para la crítica. Algo que lleva aguantando toda su vida. Dejadla que conozca a Justin, que se haga una foto con él, le de dos besos y actualice su perfil de Twitter, porque, en el fondo ¿qué es lo que criticáis de ella? Ni ella os ha pedido dinero para el concierto, ni le ha quitado su lugar a otra fan. Ha pagado de manera religiosa como todas y en noviembre ahí la tendremos en el antiguo Palacio de Deportes, envuelta por la emoción de conocer a su ídolo y a los 'trols' reconcomidos por no ser ella.