Aunque se han cumplido seis meses desde que Shakira (45 años) y Gerard Piqué (35 años) confirmaran su separación después de una década juntos y dos hijos en común, la artista sigue enclavada en el dolor por su ruptura y la forma en la que sucedió. En el primer día del año, lejos de mostrar esperanza y alegría por todo lo que nos deparará este 2023 como sí han hecho otros famosos, la intérprete de 'Monotonía' ha compartido un sentido mensaje en el que deja patente que el año que se queda atrás no ha sido nada fácil para ella.
"Aunque continúen abiertas nuestras heridas en este nuevo año, el tiempo tiene manos de cirujano. Aunque alguien nos haya traicionado hay que seguir confiando", comienza el texto que ha publicado en su perfil de Instagram y que ha sido tomado como un mensaje velado a Gerard Piqué.
En la segunda parte de este texto, que no tardaba en dar la vuelta al mundo, Shakira se responde a sí misma con esperanza y saca a relucir esa faceta más confiada: "Ante el menosprecio, seguirse valorando. Porque hay más gente buena que indecente. Más gente empática que indolente. Son menos los que se van y más los que permanecen a nuestro lado".
Por si a alguien le quedaban dudas, Shakira menciona a ese desamor que rompió su corazón en mil pedazos: "Nuestras lágrimas, no son un desperdicio, riegan el suelo donde nacerá el futuro y nos hacen más humanos, para que en medio del desamor se pueda seguir amando".
Shakira tendrá que retrasar la mudanza a Miami
Shakira no va a poder viajar a Miami este mes de enero con sus dos hijos, tal y como era su deseo. ¿El motivo? La salud de su padre, William Mebarak. En los últimos meses, la situación del progenitor de la artista, de 91 años, es muy delicada, de ahí que no sea conveniente para su mejoría un viaje tan largo. Pero no solo eso... Según ha asegurado la periodista Laura Fa, la cantante se ha visto obligada a retrasar su mudanza a Miami hasta el próximo mes de junio, una vez haya finalizado el curso escolar de sus dos hijos.
Shakira no va a viajar a Miami sin sus padres, pero necesita un avión medicalizado para que el traslado de su padre se haga sin riesgo alguno. A ello, se une el hecho de que no es conveniente que los pequeños, de nueve y siete años, se incorporen a su nuevo colegio a mitad de curso.