Empezó a encontrarse mal cuando estaba en la piscina de la urbanización. Rápidamente acudieron al personal de la cafetería para solicitar ayuda. Caritina Goyanes llevaba ya unos días algo mareada. No le habían dado importancia pues pensaban que era el calor. La hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique se encontraba junto a su familia cuando tuvo que ser traslada al hospital de Estepona. Una vez allí, los médicos no pudieron hacer nada para reanimarla. Tenía solo 46 años y habían pasado poco más de dos semanas desde la muerte de su padre.
La conmoción por la pérdida de Caritina ha dejado en shock a toda su familia. La hija mayor del empresario Carlos Goyanes fallecía este lunes a consecuencia de un infarto. Su familia se quedaba destrozada. Su madre, Cari Lapique, había viajado a Mallorca precisamente estos días. Intentaba poner algo de distancia de la casa en la que vivía junto a Carlos Goyanes, fallecido el pasado 7 de agosto. Nadie podía imaginar la tragedia que estaba a punto de llegar.
Las últimas horas de Caritina Goyanes
Tal y como adelanta la periodista Paloma Barrientos en el portal 'Vanitatis', fue su marido quien acompañó a Caritina hasta el centro hospitalario. La hija de Cari Lapique llevaba un par de días encontrándose mal. Se había mareado dos veces en misa, los dos días anteriores, pero no le habían dado mayor importancia. El calor apretaba y era normal encontrarse algo más baja de lo normal. Dos avisos que precedieron el duro golpe que todavía no ha podido asumir la familia. El pasado lunes, Caritina tuvo que ser trasladada de urgencia al centro hospitalario.
Su marido, Antonio, fue quien la acompañó. Sus hijos, de 13 y 10 años, se quedaron en la casa donde residían en Marbella. Era el paraíso en el que Caritina era feliz. Allí pasaban los veranos sus padres. Cuando llegaron al hospital ya no pudo hacerse nada. Un infarto era la causa que había provocado el revés más difícil al que se han enfrentado nunca los Goyanes. Y tan solo veinte días después del fallecimiento del padre de la familia.
Caritina había pasado los días anteriores de vacaciones. Paseos por la playa, días en familia y poco más. De fuertes convicciones religiosas, acudía a misa de forma diaria. Rodeada de los suyos y descansado del ajetreo del día a día, la hija de Cari Lapique había animado a su madre a que visitase a su tía en Mallorca. Era un descanso después de la muerte de su padre.
El shock por la muerte de Carlos Goyanes
Fue precisamente Caritina quien tuvo que dar la terrible noticia de la muerte de su padre. Ella tuvo que llamar a su madre, que no se encontraba en ese momento en casa, para decirle que Carlos Goyanes había fallecido. El empresario gozaba de buena salud y se encontraba muy activo. Había sido intervenido recientemente pero todo había salido a la perfección. Nadie podía pensar el revés que les esperaba.
Caritina estaba muy unida a su padre. El shock de su fallecimiento había sido duro. No se había logrado recuperar todavía. Solo dos semanas antes había perdido a su confidente y mejor amigo. Los Goyanes Lapique siempre han gozado de una enorme unidad familiar. Discretos a pesar de la enorme popularidad, se mantenían fuertes y lejos de escándalos. Así lo habían aprendido del empresario, hijo de Manuel Goyanes, descubridor de Pepa Flores, Marisol.
La hija del desaparecido Carlos Goyanes seguía muy afectada por la muerte de su padre. Sus días en Marbella habían sido difíciles. Era allí donde pasó los mejores años con el empresario y donde se enteró de su fallecimiento. La última vez que pudimos verla fue precisamente en el último adiós a su padre.
Cari Lapique, completamente rota
El dolor de Cari Lapique es indescriptible. La madre de Caritina Goyanes no se encontraba en Marbella en el momento del fallecimiento de su hija. El destino había querido que sus propias hijas le hubiesen animado a marcharse unos días fuera, a casa de su hermana Miriam en Mallorca, para poner distancia. La muerte de Carlos Goyanes, el amor de su vida, había dejado a Cari rota. Necesitaba salir de la casa que compartieron para sentirse de nuevo más fuerte.
Lapique también estaba ausente cuando falleció el empresario. Había ido a pasar unos días con su hermana cuando fue su hija Caritina quien tuvo que darle la noticia, según relata Paloma Barrientos. Dos terribles golpes que han hecho que la mujer del empresario esté destrozada. En cuanto supo de la noticia de la muerte de su hija se trasladó hasta Marbella. Llegaba a última hora del día, arropada por dos personas y con el gesto totalmente roto.
Es el trago más duro que nadie puede imaginar. Amigos y familiares llegaban al tanatorio para dar el último adiós a Caritina como ya hicieron dos semanas antes con su padre. La desgracia se ceba con la familia Goyanes.