Nos gusta una bonita historia de amor como al que más. Y con ellos, con Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz, es un no parar. Contemplarlos es como ver un cuento de hadas que cobra vida, la princesa de la tele y el príncipe de los fogones, con unas trayectorias muy diferentes pero destinadas a cruzarse. La pareja celebra su primer aniversario de casados y de una cosa podemos estar seguros: siguen igual de ilusionados que el primer día.
El año pasado sorprendieron a todos con una boda sorpresa. Su amor era tan urgente que necesitaban firmar cuanto antes los papeles de casados, así que con un notario (ya pueden casar) y en casa, los dos se dijeron ‘sí, quiero’. Ella llevó vaqueros y zapatillas, y el atuendo de él no fue muy diferente. Firmaron con un lápiz XXXL y dijeron sus votos ante un ‘burro’ abarrotado de perchas y chaquetas. ¿Había un lugar más romántico para ese momento? Probablemente sí, pero ellos prefirieron oficializar su romance en un lugar en el que habían sido tremendamente felices: su hogar. Se casaron con los invitados contados. Los padres de ella y los de él. Y para de contar. Después Dabiz se marchó a trabajar, a dar el servicio de comidas en DiverXO. Cristina, por su parte, se marchó a comer bizcocho con su familia. Fue una boda como las que tenían nuestros abuelos, en las que invitaban a churros a los sucintos, y después se iban a trabajar. Con lo modernos que son ellos.
En este año de casados han cambiado muchas cosas de sus vidas. Han estrenado nuevo domicilio, ella ha crecido como presentadora, desenvolviéndose mucho mejor en solitario en Pekín Express, y él ha abierto las puertas de su nuevo niño mimado, StreetXO Londres. Han viajado muchísimo, se han relamido con las exquisiteces que cocina Muñoz y han corrido lo indecible. Porque si a tope están con su relación con el ‘running’ ni os contamos. Dicen que compartir hobbies crea vínculos fuertes en la pareja y ellos lo hacen todo juntos, ¿será esa la clave de su intenso amor?