'Supervivientes 2021' ha sido la edición más larga de la historia del reality con 107 días de aventura en los Cayos Cochinos, más de tres meses que han pasado factura a los concursantes que como, Tom Brusse, llegaron hasta la gran final. El francés está intentando recuperar la normalidad pero no está siendo nada fácil.
La aventura le ha cambiado la vida para siempre. Tom Brusse ha vuelto renovado y feliz a pesar de toparse con el fin de su relación con Sandra Pica. Sin embargo, está sufriendo las secuelas más negativas de su estancia en Honduras. "Estoy cansadísimo, agobiadísimo por haber vuelto a la normalidad", confesaba hace solo unos días y es que de cierta forma echa de menos la simpleza de su vida en los Cayos Cochinos: "Vivir sin nada es lo mejor".
Ya han pasado seis días desde que Tom Brusse dejase atrás su vida entre palmeras y cocos y su ansiedad cada vez es peor. Él mismo se sinceraba con sus seguidores narrando cómo está llevando la adaptación a la vida real: "No consigo recuperarme, estoy muertísimo. Duermo súper mal, tengo una ansiedad con la comida, es impresionante", revelaba con cierta desazón por no poder controlarlo.
Esta situación le está afectando de manera irremediable en su día a día porque no consigue descansar: "Duermo dos horas y me despierto para comer... ¡es una locura!. ¿Cuándo voy a volver a la normalidad? ¿Cuándo?", se preguntaba con inquietud. Después, aprovechó para poner su físico a punto y tras pasar por la peluquería aprovechó para hacerse la pedicura. Con el fin del debate final, Tom hizo balance a su paso por 'Supervivientes 2021': "Ha sido una experiencia maravillosa, increíble pero muy dura".
Tom no es el único que ha sufrido las secuelas de la isla. Carlos Alba reconocía abiertamente cómo ha sentido un cambio notorio en su vida sexual, Omar Sánchez contaba como seguía necesitando comer en el suelo o Palito Dominguín revelaba su obsesión con la comida.