Todo sobre Cuatro lunas, el lujoso refugio estival de la familia Iglesias Rijnsburger al que Julio no irá este verano

Cuando Julio Iglesias intentó vender Cuatro Lunas por 145 millones de euros no imaginó que catorce años después seguiría siendo el lugar favorito de su mujer y sus cinco últimos hijos

Noelia Zazo
Noelia Zazo

Periodista especializada en corazón

Julio Iglesias
GTRES

Las vacaciones de verano en la familia formada por Julio Iglesias (80 años) y Miranda Rijnsburger (58 años) no suelen guardar sorpresas. Cada verano viajan a la localidad malagueña de Ojén donde tienen una mansión con un inmenso terreno donde disfrutar la temporada estival sin perder ni un ápice de la privacidad que tanto aprecian. Pues sobre todo en los últimos años ver al cantante ha sido poco menos que imposible, pues pone mucha atención en que no se le pueda fotografiar, en algunas ocasiones se ha dicho que esto se debe a sus problemas de salud o a que no quiere que se le vea envejecer, pero lo cierto es que él, jamás ha dado una sola explicación al respecto. Aunque ahora, que se está grabando una serie sobre su vida con su propia colaboración, quizá llegue el momento de entenderlo todo.

Ya hace una semana que sus hijos pisaron suelo español para comenzar sus vacaciones en 'Cuatro Lunas', que es como se llama la casa malagueña de la que hablábamos. Sin embargo, el matrimonio no llegó junto a ellos y ahora se sabe que este verano será diferente y solo Miranda lo pasará junto a los niños de hecho hace solo unos días, concretamente el martes 16 se unió a los pequeños de la casa. Julio, sin embargo, se ha marchado a Punta Cana. La mayor parte del año la familia vive en Miami, pero también tienen casa en Punta Cana, y según apunta Vanitatis, desde la pandemia por Covid 19, prefiere moverse cuanto menos mejor y por ello y debido a su compromiso con el documental, este verano ha preferido trasladarse allí antes de viajar a España.

Julio Iglesias y su mujer Miranda
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Y eso que su finca española tiene todas las comodidades que alguien pudiera desear. Está situada a las afueras de Marbella, a solo 30 minutos del aeropuerto y a 10 de Puerto Banús, la zona más lujosa de la localidad. El terreno es tan grande que en su inicio eran dos, uno que se compró a través de una sociedad de Miranda a un jeque libanés y que pertenecía a Ojén y otro que fue propiedad de Curro Romero. Tiene más de 450 hectáreas de terreno y una vivienda de 400 metros cuadrados. Uno de los momentos más importantes para el matrimonio que se han vivido bajo el techo de esa vivienda fue la primera noche de boda de Julio y Miranda, el 24 de agosto de 2010. Desde entonces han visto crecer sobre su jardín y montar a caballo sobre sus tierras a cada uno de sus cinco hijos.

Cuatro Lunas: la finca de Julio Iglesias en Ojén
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La vivienda cuenta con siete habitaciones, una bodega en medio de un bosque animado tenía dos huertos ecológicos con árboles traídos de todo el mundo a los que el cantante dedicaba muchas horas y esfuerzos, y ocho cuartos de baño, tres piscinas y dos helipuertos. Tiene además de la casa principal otras colindantes, una para el servicio, otra en el lago, otra en el huerto que es la destinada para invitados y tiene cinco habitaciones, bodega y piscina propias. Tiene además de un carril asfaltado, otro camino de arena que recorre toda la propiedad con casi 6.5 kilómetros. En 2011 un fuego arrasó más de doscientas hectáreas del arbolado de la finca, no dañó la vivienda, pero si gran parte del exterior, aunque rápidamente se pusieron manos a la obra para replantar y salvar la zona.

Y lo hicieron, y catorce años después, Cuatro Lunas sigue siendo la finca de ensueño en que a cualquiera le gustaría veranear, un lugar privado, con una temperatura idílica, campo, piscina, servicio, establo y caballos, espacio de sobra para toda la familia y para todos los invitados a los que quieran recibir, pues es algo habitual que sus más cercanos acudan a visitarles e incluso estén varios días instalados allí. Durante mucho tiempo Julio Iglesias dijo que este lugar era su casa, donde le gustaría retirarse y vivir para siempre. Sin embargo, poco después, la propiedad se puso a merced de cinco inmobiliarias en 2018 para venderse por 145 millones de euros. Una operación que finalmente no se llevó a cabo, y hoy en día la vivienda sigue siendo propiedad del famoso matrimonio, y la siguen disfrutando, de modo que no vender, parece evidente que fue todo un acierto.