Ya se han casado. Leo Messi y Antonella Rocuzzo se dieron ayer el 'sí, quiero' en una ceremonia civil celebrada en el City Center de Rosario, Argentina, la ciudad en la que ambos nacieron, se conocieron de niños y se enamoraron hace doce años. La ceremonia tendría que haber sido religiosa, pero hoy se ha sabido que la archidiócesis de Rosario prohibió que un sacerdote celebrara una boda bajo el mismo techo de un lugar en el que, entre otras cosas, se permite el juego –el City Center tiene un casino–. De modo que Leo y Antonella se tuvieron que conformar con registrar su unión por lo civil y, quizá, dejar para más adelante su boda religiosa.
Leo y Antonella contaron para este día tan especial, calificado como 'la boda del año' en Rosario, con sus amigos más especiales. El futbolista invitó a toda la plantilla del Barça y a varios exjugadores, con los que sigue manteniendo una estrecha amistad, como Cesc, cuya mujer, Daniella Semaan es amiga íntima de Antonella, o Puyol y Xavi. También varios compañeros suyos de la selección argentina, como Di María o el Kun Agüero, no se perdieron la boda.
Los únicos que no posaron para los fotógrafos fueron Shakira y Piqué. La presencia de la colombiana no fue confirmada hasta el último momento. La versión oficial es que la cantante se encuentra en plena gira de promoción de su último disco. La versión maliciosa insiste en que las relaciones entre Shakira y Antonella no son las idóneas y que si ha transigido con asistir es por no dejar solo a Piqué.
Antonella, la novia, fue fiel a su diseñadora favorita, Rosa Clará. El vestido de corte sirena y de seda y encaje había llegado a Rosario esta misma semana entre fuertes medidas de seguridad. Clará no vistió solo a la novia, sino también a varias de las invitadas, como Nuria Cunillera, Elena Galera y Sofía Balbi. La madre y la hermana del novio, sin embargo, prefirieron un diseñador local, Claudio Casano. Leo, por su parte, fue de Armani.