Gloria Camila bajó de las alturas sin poder contener un grito de emoción al ver a su padre, José Ortega Cano, esperándola en el centro del plató de Supervivientes. Tras una carrera hasta sus brazos, de los que tardó varias vueltas en descolgarse, los piropos entre padre e hija emocionaron a todos los presentes y al público del programa.
“Guapa. Ole, ole tú, campeona, ole tú, mi amor. Te quiero, te quiero Gloria” fueron las primeras palabras que el diestro le dedicó a su hija, a la que seguía abrazado. Entre lágrimas la joven se separó de su padre y aprovechó para devolverle los piropos: “Madre mía papi, ¡qué guapo estás!” justo antes de volver a lanzarse a sus brazos.
Todo esto sucedía ante la atenta mirada de sus compañeros de concurso y de Jorge Javier que, contagiado por la emoción del momento, no dejaba de sonreír. Los protagonistas seguían a lo suyo, mostrando una complicidad que pocas veces se ve en un plató de televisión en el que, hay que destacar, que la hija de Rocío Jurado se estaba estrenando. Se separaban, se volvían a abrazar y la joven, convertida en niña en los brazos de su padre, daba vueltas como una modelo ante un feliz Ortega Cano que no dudaba en dedicarle unos pases sin capote.
La hija del torero, que ha pasado el concurso hablando maravillas de su padre, ya había pedido al maestro que acudiera a recibirla, lo que jamás pudo esperar es que además del diestro estuviera parte de su familia en plató para darle una de las mejores sorpresas de su vida.