El ave fénix es el animal mitológico con el que Rocío Carrasco conecta la historia de supervivencia que nos ha atrapado y nos ha sobrecogido. Es también la criatura que lleva tatuada en la piel, ocupando prácticamente toda su espalda. La imagen es impresionante, tanto que ha sido elegido como elemento de gran potencia visual en la cabecera de la serie documental de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.
Sin embargo, oculta una función que tiene que ver con ese arrebato de borrar de su memoria todo rastro de Antonio David Flores, el hombre que le ha destrozado la vida. Rocío Carrasco recordaba durante el fragmento de su narración que ocupaban los episodios de este domingo, que no guarda ningún recuerdo de su boda. Tiró absolutamente todo lo que tenía relación con aquel día. "No tengo ni fotos ni alianzas, porque las tiré por el W.C.. Tiré de la cisterna y se las llevó el agua”, contaba.
En su propósito de borrar a Antonio David Flores de su vida, Rocío Carrasco llevó a cabo otro movimiento que tiene que ver con su espectacular tatuaje. Ha sido Belén Esteban la encargada de desvelar este golpe de gracia definitivo a su exmarido. Tal como ha contado la colaboradora televisiva, "la intención de Rocío al tatuarse el ave fénix era tapar otro que se hizo por Antonio David". La de San Blas no ha podido ser más concreta, pero ha apuntado a que era "un unicornio o algo así". En el caso de que fuera aquella la forma tapada, no deja de ser curioso que Rocío cambiara un animal mitológico por otro, aunque quizás el fénix que exhibe ahora en su piel, tiene una fuerza simbólica mayor con ella, dados los hechos que está narrando.
Del entorno de Carrasco, no es la única con un tatuaje relacionada con esta criatura mitológica. Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos, lleva escrito en el brazo la palabra "Phoenix" en su honor.
"Para renacer hay que morir, como el Ave Fénix. Quemar las alas empapadas en la inmundicia y dejar que nuevas alas crezcan. Alas de oro, de luz y rocío", es la primera frase que escuchamos de Rocío Carrasco después de la noticia de que rompía su silencio.