Isabel Preysler (72 años) ha encadenado varias polémicas en los últimos meses. Tras conocerse su ruptura con Mario Vargas Llosa (86 años), ambos se dedicaron ataques cruzados y generaron un revuelo que se ha solapado con una nueva controversia de la 'reina de corazones': la noticia de que ha incumplido la última voluntad de Laura Boyer. En medio de todos estos titulares, llama la atención la actitud de Tamara Falcó (41 años), que pese a presumir de una excelente relación con su madre guarda un sorprendente perfil discreto y la deja 'sola' ante este complicado momento.
La marquesa de Griñón, que parece centrada en los preparativos de su boda con Íñigo Onieva (33 años) el próximo 8 de julio, no se ha pronunciado públicamente ante el conflicto de su madre con la fallecida Laura Boyer, en el cual también está envuelto su otra hermana, Ana Boyer. Ni Isabel ni Ana asistieron al último adiós a la hija del exministro, confirmando así la ruptura total en el clan de los Boyer. Sin embargo, Tamara Falcó no ha tenido a bien dar la cara por su madre.
Después de que se conociera que Isabel Preysler se ha negado a enterrar a Laura junto a su padre, tal y como ella había expresado en su última voluntad, han sido personas externas a la familia, como la abogada de los Boyer, quienes han tenido que salir a explicar los hechos. La letrada Purificación Pujol explicó a Semana que la viuda de Miguel Boyer sólo ha cumplido el deseo del exministro. "Isabel Preysler se llevó lo que ponía en el testamento. La voluntad del señor Boyer se cumplió a rajatabla. Ella no decidió nada porque todo estaba por escrito", relata, afirmando que la socialité dispone de la propiedad del mausoleo familiar en el que se encuentra enterrado Boyer.
Otros periodistas como Aurelio Manzano también han explicado que Isabel se ofreció a aceptar que los restos de Laura descansaran junto a los de su padre siempre y cuando la joven fuera incinerada, algo que los hijos de la fallecida no aceptaron.
La propia Laura Boyer concedía una entrevista a Semana poco antes de morir y que ha sido publicada de forma póstuma. En la misma, la hija de Miguel Boyer definía a Isabel Preysler como una mujer "fría y calculadora" y confirmaba el insalvable conflicto con la viuda de su padre. Sin embargo, Tamara Falcó no ha tenido ni un gesto de apoyo a su madre ante esta guerra mediática.
Pero este no es el único asunto en el que la marquesa de Griñón ha dejado sola a su madre. En la polémica ruptura con Vargas Llosa, Tamara guardó silencio sepulcral durante varias semanas y, cuando se pronunció, lo hizo para defenderse de las burlas que el Nobel le dedicó en su cuento 'Los vientos'. "Que escriba un Nobel sobre mí me encanta. (...) Si me quiere mencionar, que sea con cariño", expresó Tamara en la Semana de la Moda de Madrid.
"Mi madre es que cualquier cosa que digan de sus hijos lo sufre mucho más que lo digan de ella, le duele especialmente, yo no le di ni la más mínima importancia", agregó entonces Tamara, que optó por no defender a su madre de los dardos que también le ha dedicado el literato tras la ruptura.
Lo cierto es que la actitud de Tamara Falcó no es nueva, pues siempre ha optado por alejarse del foco y evitar pronunciarse sobre las polémicas de su familia. No obstante, en el caso de su relación con Íñigo Onieva no ha dudado en ofrecer todo tipo de declaraciones públicas desde que su chico le fue infiel en un festival. Tamara expuso su dolor tanto en la prensa como en sus apariciones televisivas y, tras la sorprendente reconciliación, tampoco ha dudado en mostrar al mundo su alegría.
Ahora, cuando la socialité ultima emocionada los preparativos de su boda, parece que no está dispuesta a cambiar su modus operandi y, una vez más, deja sola a Isabel Preysler en medio de la tormenta mediática.